Querida Baby:
¿Como estás? Yo acabo de regresar de Cantón con miles de recuerdos e impresiones. He vuelto a la casa de los viejos donde nació papá. El pueblo se lanzó a la calle y me acompañó en ese trecho, con los leones delante. Las niñas me trajeron flores, los viejitos, en el camino, me sonrían con dientes iluminados por el brillo de sus metales; las caras de asombro de muchos, las mesas llenas de longang, mandarinas, como símbolos de la buena fortuna; la bienvenida del líder del partido comunista, el vicealcalde, los primos sonrientes y las tías viejitas y contentas de recibir sus sobrecitos rojos... ¡Hasta cohetes han disparado, como cuando era niña! Toda un festejo por mi llegada de nuevo a la aldea Shabu donde nacio nuestro padre y pensé para mis adentros: ¡Cuán sonriente, feliz y orgulloso estará dondequiera que esté, al contemplar el espectáculo que han hecho en honor a su hija mayor.
Besitos.
Pochy

http://www.gd.chinanews.com/2011/2011-09-11/2/141745.shtml
Qué maravilla... Pienso dos cosas: 1.- La muerte no llega realmente sino hasta que llega el olvido (¡que no llegue nunca!) y 2.- Vaya suerte la nuestra la de haber heredado no una, sino dos tierras hermosas con nuestras raíces bien enterradas. Un abrazo grande a ti y a tu familia (y que le llegue también a tu padre).
ResponderEliminarAsí es, Juan C. Hay un lazo más potente cuando el idioma cohesiona. Pero estas raíces emocionales que conducen al amor filial, a la identidad, no hay distancia ni tiempo que pueda arrancarlas aunque no se hable el mismo lenguaje. Recibo tu abrazo con la certeza de que la Humanidad es una y grande.
ResponderEliminarCierto, no hay sentimiento más fuerte que aquél que se impone aun sin palabras ni letras de por medio. ¡¡Y salud por aquello de que la Humanidad es una!!
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