Malditos los niños y niñas no deseados
porque de su nacimiento se pueblan las cárceles
aunque no hay mayor condena que crecer sin amor.
Malditos los golpeados
Porque no son capaces
De elevar la dignidad y el orgullo
Por encima de sus dependencias.
Malditos los insultados
Porque aguantan lo indecible
Para recibir de cuando en cuando
Rastrojos de caricias, no más que manoseos
o pasivas entregas mirando al techo.
Malditos los amables
Porque su falta de amor propio
Humilla al toro bravo que todos tienen dentro.
Malditos los que no se aman a sí mismos
Porque sus miserias provocan la violencia.
Malditos los sacrificados
Porque dentro de ellos crece
la cloaca de la infelicidad.
Malditos los que aguantanPorque de sus desgarros se nutre la idea de
que “amar es darlo todo sin pedir ni esperar”.
Malditos los hombres y mujeres;
Ancianos, ancianas, niñas y niños despreciados
porque dentro de ellos mismos
Crece la planta diabólica del desamor que nos destruye.
Malditos los maltratados
Porque de su indefensión se nutren los inseguros, indecisos, sádicos, psicópatas, violentos, insensibles, machos, ultrafemeninas, alcohólicos, dependientes, homosexuales-inconscientes, cazadores despiadados… los que no se quieren a sí mismos, los pervertidos, los coprófagos, los parásitos del universo, los autodestructores.Maldita sea yo misma
por confundir la bondad con la condescendencia,
por horrorizarme ante la violencia y mantener sumiso
al león indomable que ruge en mis adentros.
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