Entrevista de Emilia Pereyra (Diario Libre) a Rafael Peralta Romero

 Rafael Peralta Romero: “Si me otorgaran el Premio Cervantes brincaré de emoción”

El autor es un estudioso de la lengua española, especialmente del español dominicano y ha laborado en investigaciones de la Academia Dominicana de la Lengua


Con una nutrida bibliografía, en la que sobresalen obras premiadas, el autor quiere escribir otras novelas que lo atormentan, ser leído ampliamente en el idioma de Pablo Neruda y traducido a por lo menos dos lenguas. ¡Ah, y si le otorgan el Premio Cervantes brincará de emoción!

Al responder varias preguntas de Diario Libre, el escritor y maestro de periodismo vislumbró que a partir del 16 de agosto, cuando tomen posesión las autoridades votadas en las pasadas elecciones, podría empezar en el país una nueva etapa, pues a su juicio en la administración del presidente Danilo Medina ha predominado “cierto menosprecio hacia el ambiente cultural”.

Con el cambio de gobierno, ¿podría iniciarse un nuevo ciclo en la gestión cultural desde el Estado? ¿Qué debe cambiar en esta área?

Lo primero que debe cambiar es la visión del jefe del Estado sobre la cultura; mira, en los últimos ocho años ha predominado desde la Presidencia cierto menosprecio a lo cultural. Nadie ha explicado al presidente Medina la importancia de la cultura de un pueblo, de ahí su cortedad de miras en este aspecto y el consiguiente tratamiento al Ministerio de Cultura. Estoy seguro de que el punto de vista del presidente Abinader es diferente. Él ha asegurado a los intelectuales, artistas y trabajadores de la cultura que apoyaron su propuesta política que dará a este sector, con políticas públicas, el valor que le corresponde. Abinader ha dicho, en discurso no escrito, que la cultura es el alma de los pueblos. Lo dijo como algo muy suyo, muy sentido, y eso es esperanzador para el sector.

¿Lecciones esenciales que le ha dado su larga experiencia literaria?

En este quehacer he podido aprender que la literatura es una vía adecuada para expresar nuestra identidad, aunque la obra literaria, en mi caso la narrativa (cuento y novela) es ante todo obra de arte, cumple una función adicional al deleite que le debe proporcionar al lector. Esa función podría asociarse a lo sociológico y a lo filológico, digo esto porque el cuento y la novela llevan consigo la descripción de costumbres, modos de vida, de pensar, de actuar en general, y al mismo tiempo el texto narrativo da cuenta de las peculiaridades idiomáticas de una época, de una región o de un grupo humano en particular, lo que constituye un aporte a la filología, que es la ciencia que estudia fenómenos del lenguaje y de la cultura en general, a través de los textos literarios.

Comenzó a darse a conocer como poeta, pero es un reconocido narrador. ¿Qué le hizo modificar el rumbo?

Oh, sí, muy cierto, parece que perdí el estro y la poesía fue quedando atrás, aunque para ser justo debo decir que lo primero que publiqué fue un cuento titulado “La culebra de Guaco”, el cual ganó una mención en el concurso de La Máscara, eso fue en 1969. Creo que la poesía es más difícil para tomarla como oficio, el poema requiere, para su composición, mucho mayor grado de abstracción que el cuento o la novela... no quiero decir que los géneros narrativos sean objetivos, solo realismo, pero sin dudas reproducen mucho más la realidad que el texto poético.

¿Qué ha significado Miches para su literatura?

Bueno, en Miches se germinó mi vocación literaria, por aquello que Bruno Rosario Candelier llama el vínculo entrañable. Te mencioné antes mi primer cuento, fue un tema ofrecido por la realidad o qué sé yo si la subrealidad, pues se trata de una enorme culebra cuya descripción circuló de boca en boca, pero nadie la vio. Luego vienen otros cuentos, el libro Punto por Punto, por ejemplo, que es el primero, se compone de historias extraídas de la mitología michera, en la novela Los tres entierros de Dino Bidal viene todo de Miches, la historia, los lugares y hasta nombres reales. Con el primer libro de cuentos, antes de publicarlo, me di cuenta que mis historias se originaban en un pueblo a la orilla del mar y recurrí a la memoria de los ancianos para nombrar a ese pueblo Los Uveros, ya que la costa michera era poblada de este árbol, que produce la uva de playa. En mi libro Diablo azul comienza una variación, pero no una ruptura, y se combina la narración de sucesos originados en Miches con situaciones propias de Santo Domingo. La novela Pedro el Cruel tiene muchas reminiscencias de mi infancia michera, la novela infantil De cómo Uto Pía encontró a Tarzán, premio Barco de Vapor SM, se desarrolla en Los Uveros y una breve parte en San Pedro de Macorís, que en mi obra aparece como La Sultana. También en los cuentos infantiles aparecen los reflejos de mi vínculo con el terruño natal, hasta el punto que en el libro A la orilla de la mar, Premio Nacional de Literatura Infantil 2010, los diez cuentos incluidos tratan el tema marino, con peces, cangrejos, pescadores...


Playa Esmeralda, Miches

Cuando llegó de su pueblo natal a estudiar en Santo Domingo, ¿tenía claro cuál debía ser su ruta?

Digamos que sí. Vine a Santo Domingo con la idea de estudiar la carrera de sociología, estando tentado por las letras y el periodismo. El Departamento de Orientación de la UASD me dijo que sociología era lo último, que lo mío era escribir, y opté por comunicación social sin saber cómo se lo diría a mi padre... soñaba con escribir, ser profesor de literatura... a esta fecha me siento bien de lo que escogí, pude haber estudiado la carrera de derecho, la cual permite buenos ingresos, escogí la ruta de la palabra a sabiendas de que a penas me permite la subsistencia, pero me siento bien de vivir de esta profesión sin deshonrarla.

¿Cómo nace su interés por la lingüística y qué le tributa?

Hay cosas que uno no las puede explicar. Sin que la licenciatura en comunicación social presente exigencias para el estudio profundo de la lengua, desde muy joven descubrí inclinación por el conocimiento del español y el uso correcto, siendo estudiante universitario enviaba cartas a periódicos para comentar asuntos del lenguaje. Antes de ser profesor de la Escuela de Comunicación Social de la UASD, lo fue fui de la de Letras...y hasta su ronchita causó...tú sabes un periodista entre letrados.

¿Qué significó para usted ser elegido miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua y qué ha implicado?

Ahí sí hay emoción, no solo no lo puedo negar, sino que quiero proclamar que haber sido escogido miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua y correspondiente de la Real Academia Española ha sido la más alta distinción de mi carrera profesional, y mira si uno se detuviera a pensarlo mejor, admitiría que ha sido la mayor presea que se me otorga en lo que llevo de vida.

La segunda parte de tu pregunta es muy oportuna, ¿qué implica ser miembro de la Academia? Implica trabajo, trabajo guiado por el interés de defender el buen uso de nuestra lengua, actualización del Diccionario académico, las demás publicaciones y promover la literatura dominicana. Me parece oportuno decir que algunos tienen la percepción de que ser incorporado a la Academia es solo un reconocimiento que se le hace a un escritor o lingüista por sus méritos, y quienes así piensan, es mi apreciación, ignoran que esa incorporación conlleva un compromiso de trabajo... trabajo honroso y sin honorarios.

En cuanto a su militante participación en el interiorismo, ¿se ha reflejado en sus creaciones?

Hay tres opciones vitales para la creación interiorista, es decir el creador literario podrá inclinarse por la metafísica, la mística o lo mítico. Cuando yo ingresé al Movimiento Interiorista había escrito textos de carácter mítico, como dije antes, Pedro el Cruel, por ejemplo. Tengo un libro de cuentos del cual he hablado mucho a mis amigos, tú incluida, en el que todos los cuentos están orientados hacia la doctrina interiorista, en ese volumen quedó fuera lo mítico que asumí espontáneamente, por el vínculo entrañable, pues en este libro, aún inédito, el interiorismo se manifiesta a través de lo metafísico, en cada historia aparece un personaje cuya conciencia ha salido a peregrinar, la conciencia peregrina es el principal elemento de este libro de cuentos.

¿Cómo asume la crítica literaria y los sinsabores del medio?

La crítica tiene que asumirse con resignación, no con indiferencia ni tampoco beligerancia, leo lo que se escribe de mi obra sin ánimo de pelear con los críticos, aunque en ocasiones se vea predisposición o maldad. En algún caso procede tomar en cuenta sugerencias y señalamientos para aplicarlos en futuras obras o nuevas ediciones de la comentada.

¿Cuándo supo de sus habilidades para conectar con los niños a través de la literatura infantil?

Lo supe cuando compuse el poemario infantil Niño y poesía, por los años setenta... sucede que un banco español radicado aquí convocó a un concurso de libros para niños y escribí a propósito de la ocasión ese conjunto de poemas, el cual no fue premiado, pero publicado en 1977 y ganó buena crítica. Luego vino el compromiso con esta valiosa rama literaria, que bien necesitamos los dominicanos.

¿Qué implica escribir, para usted, y cómo se incuban sus ideas?

Escribir es mi trabajo y es un goce, las ideas para una obra literaria son concebidas a propósito de un suceso, una anécdota o una reflexión, luego entran en ese proceso de incubación del que hablas. Tengo un cuaderno de apuntes para guardar temas, sobre todo de cuentos, y un día encuentro la vía de parirlos y lo hago, difícilmente surja un tema y sea desarrollado de inmediato, por ejemplo, mi primera novela, Residuos de sombra, fue escrita veintidós años después de concebida.

¿Cuáles han sido sus influencias literarias más relevantes?

Todo autor, presumo porque es mi caso, prefiere que esa pregunta la respondan los estudiosos, críticos y buenos lectores de la obra, pero al mismo tiempo se me ocurre decirte, querida Emilia, que la influencia ha de venir de los autores que uno lee y le gustan, porque los vive, no los sufre. Ningún autor de esos que uno lee porque son consagrados por la crítica o por los editores o porque están de moda deberá dejar huellas significativas... yo intuyo, entonces, que en mi obra narrativa debe asomar el influjo de Bosch, García Márquez, Guy Maupassant, E. T. Hoffman, Cervantes...quizás Borges o Khalil Gibrán.

¿A qué más aspira como autor?

Escribir otras novelas que me faltan y me atormentan, ser leído ampliamente en lengua española y ser traducido a por lo menos dos lenguas. Ah... si me otorgaran el Premio Cervantes brincaré de emoción.


Recorrido del autor

Rafael Peralta Romero nació en Miches, en 1948. Es autor infantil, narrador, periodista y docente universitario. Ha obtenido importantes galardones en el área de la literatura infantil, como el premio El Barco de Vapor de novela infantil de la editorial S/M, por su obra “De cómo Uto Pía encontró a Tarzán” (2009) y el Premio Nacional de Literatura Infanto-Juvenil por su obra “A la orilla de la mar” (2011). Es autor además de las obras infantiles “Niño y poesía”, (1977) “Un chin de caramelo”, (1992) “El conejo en el espejo y otros cuentos para niños” (2006), “Cuentos de niños y animales”, (2007), “A la orilla de la mar” (2009), premio anual de Literatura Infantil, y “La Paloma dálmata y otros cuentos infantiles”, 2016.

Para adultos ha publicado: “Punto por punto” (cuentos, 1983), “Las piedras sobre las flores” (poesía, 1984), “ Romance del ciclo diario” (poesía), “Diablo azul” (cuentos, 1992), “Residuos de sombra” (novela, 1997), “Los tres entierros de Dino Bidal” (novela, 2000), “Cuentos de visiones y delirios” (cuentos, 2001) “Memorias de Enárboles Cuentes” (novela, 2004), “Pedro el Cruel” (novela, 2013) y “Ella y tú” (novela, 2015).

También tiene publicado, en colaboración con Antoliano Peralta Romero, el volumen de investigación histórica titulado “Reformas a la Constitución política de la República Dominicana, 1994- 2002-2010”, Editorial Gente, 2014.

Es integrante del grupo Mester de Narradores de la Academia Dominicana de la Lengua y miembro de número de esa institución. Es miembro del Ateneo Insular, propulsor de la poética interiorista. En el diario El Nacional mantiene la columna Orto-Escritura, que se publica cada domingo, dedicada a explicar temas relacionados con el idioma español.☺

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