Dejar de ver a Salomé Ureña como mujer amargada y traicionada

 SALOMÉ FUE EXITOSA Y EMPRENDEDORA

Octubre 21 doble celebración
NATALICIO DE SALOMÉ UREÑA Y DÍA NACIONAL DEL POETA EN DOMINICANA

171 años nos separan de aquel 21 de octubre de 1850, en que nació Salomé Ureña, a 34 años de la proclamación de la República por Juan Pablo Duarte. Salomé tenía 11 años cuando los españoles regresan por la Anexión. Su infancia está marcada por las guerrillas de la Guerra Restauradora de tal forma que para el 15 de julio de 1865, cuando salen las tropas españolas de estas tierras, Salomé ya es una adolescente.

Ella publica sus primeros versos con el seudónimo de Herminia a los 17 años.

Crecer en un país convulsionado y con los padres separados, marcaron sin duda a Salomé. Pero ella tuvo la suerte de tener como padre a Nicolás Ureña de Mendoza. Un hombre culto, maestro, periodista y un gran lector. Fundó el periódico  “El Progreso” en 1853, fecha en que doña Gregoria Díaz, lo abandona llevándose a sus dos niñas: Ramona y Salomé.

El padre de Salomé fue Senador y llegó a magistrado de la Suprema Corte de Justicia, pero también tuvo que salir exiliado varias veces ya que había dos partidos: Los rojos y los azules y él era rojo. Dependiendo de quién ganara, se quedaba o se iba del país.

Él supo dar a sus hijas el mayor tesoro posible en una época de carencias e inestabilidad: La educación.

Salomé tuvo amplio reconocimiento como poeta rodeándose de nombres fundamentales en la cultura dominicana: César Nicolás Penson, José Joaquín Pérez, Gastón Deligne, Leonor María Feltz, Mercedes Laura Aguiar, Luisa Ozema Pellerano, Ana Josefa Puello, Altagracia Henríquez Perdomo y Catalina Pou, entre muchos ilustres sin olvidar el protagonismo del insigne Eugenio María de Hostos, puertorriqueño, pero nuestro también.

Casada con el Dr. Francisco Henríquez y Carvajal, procrearon a Francisco, Pedro, Max y Camila Henríquez Ureña. Fundadora del Instituto de Señoritas que tras su muerte fue bautizado con su nombre.

Todos los dominicanos, pero las mujeres en particular, le debemos esta fundación, el establecimiento de esa casa de estudios para nosotras, que comienza a fijar la idea en la mente de todos, de que las mujeres no solo hemos nacido para tener hijos, atenderlos y cuidar del hogar. Hoy, aquí, estoy segura hay mujeres como Salomé, quien con tres hijos pequeños y un embarazo de riesgo, mostró el lado heroico que tenemos todos los seres humanos al combatir la adversidad. Algo que estamos haciendo cada día al enfrentar esta pandemia.

Con gran justicia el natalicio de Salomé Ureña, es tomado para la gran celebración que es el DÍA NACIONAL DEL POETA.  Salomé es poesía y este género literario debería ser un virus que contagie a todos los seres humanos sensibles y ayude a desarrollar nuestro lenguaje por sus cualidades estéticas o de belleza en la combinación de palabras.

Como los únicos que pensamos dentro del reino animal, debemos aferrarnos a la poiesis, a la creación de la palabra, expresión del pensamiento.

Vamos a intentarlo. Leamos a Salomé y tratemos de traducir sus ideas con nuestras propias palabras y como ella, la madre de nuestro Pedro Henríquez Ureña, confiemos en nuestra propia superación, reafirmemos nuestros valores y pensemos siempre en el progreso de esta nación que es nuestra ofrenda al porvenir.


LEIBI NG

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