Afonía
El silencio, rotundo, abre las puertas del mundo con rotunda voz. Con sus ecos, las estatuas llevan en sus manos de cemento toda la soledad. El alba es un vapor que rueda en los rieles húmedos del rocío. Treinta pájaros juegan a planear de forma rauda en las páginas heridas del calendario. El silencio, que ocupa todo, salta en el trapecio de tus hombros, ama la oblicua noche que se enreda en tus pezones; pero es el alba y están cansadas sus aspas recién nacidas.
La frágil encomienda del sol vibra en las manos de agua de las hojas, son dictadores los faroles que amenizaron con sus partituras lóbregas. Tu pecho me es linfa sepultura, soy el navío hundido en el océano de tu espalda. El silencio templa aquí su abecedario de horas inconclusas, se arropa con tus pestañas mi sueño. Mis labios gravitan en las esclusas de tu boca.
Rafael Roman Feliz
Premio Nacional de Poesía Joven 2016
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