Por Leibi Ng
Veinticuatro es un número mágico para mí. Nací un 24 de julio como el Libertador Simón Bolívar y eso es todo lo que tengo en común con la grandeza, aparte de mi no mensurable admiración por las cosas bien hechas. Hay 24 poemas en LA REDONDEZ DE LO POSIBLE que se conectan con el universo de una manera que yo jamás había sentido y me temo no pueda atrapar en palabras para explicar mi lectura, por lo que declaro mi fracaso desde este primer párrafo.
Lo redondo, para los orientales es la perfección. Hay una bola con la que juegan los dragones y hasta luchan por ella. Hay una esfera debajo de las patas de los leones guardianes. Hay esferas para armonizar la energía en la medicina china. Hay una redondez presente en los portales, en las construcciones, en los adornos, en la vida cotidiana…
Conversando con el autor me aventuré a hablar de la elegancia de su estilo, pero esa sensibilidad que se despliega a través de versos a los que no caben adjetivos, captura el espíritu de lo perenne. Es como si su creador tuviera por meta encerrar la inmortalidad de los instantes en burbujas imperecederas.
Por empatía, por intuición la atracción sentida hacia su forma de decir se descubrió oriental, aunque él tuvo que darme la pista.
¿Ha descubierto José Enrique Delmonte un molde lírico? Porque su obra sumerge a quien toca en conclusiones dialécticas, en ese interregno entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, lo dicho y no dicho... Maneja la paradoja y obliga a pensar en el misterio de la cosas, que más que emerger, se sugiere siempre en amagos, en asomos, en volutas interrogativas.
“Un poco de centro
suficiente para desbordar la inocencia”
La insensatez de los vértigos pág. 39
Estoy en este mundo, dice el alma que me habla, estoy en medio de lo absurdo y quiero entender, necesito entender. Renuncias, acuerdos, premoniciones, pérdidas, reencuentros, plenitud, distancia…
“Si alguna vez dialogas con el hueco
escucharás las palabras más feroces
que aún no puedes descifrar
es la conversación entre anatemas
entre bruma de altivez
que simboliza la otredad”
Alguien dijo que somos distintos, pág. 25
Yo le pedí más emociones sin darme cuenta de que toda la emoción está contenida en 24 poemas. Hay emociones sugeridas en los versos, en el intervalo que hay entre líneas, repleto del ruido silencioso de lo posible porque no hay nada más emocionante que un combate, sobre todo si se trata de la lucha que se libra contra uno mismo.
Hay un yo, un ego doblegado en la dignidad de las preguntas, en los vestigios de gardenias, deambulando entre casas deshabitadas y pozuelos olvidados, donde la nostalgia es un hilo.
Leer LA REDONDEZ DE LO POSIBLE es gravitar en el espacio con la aprensión, con el concepto contenido, como palabras en la punta de la lengua o puntas de estrellas en las yemas de los dedos
Hay tantos universos que no se pueden tocar
porque mueren al instante
como muere el jazmín que se humedece…
Alguien dijo que somos distintos, pág. 27
La intuición poética que me hace a mí escribir de lo que no sé, pero me habita, está presente en cada línea de la que me apodero en esta redondez que me busca a mí misma
José Enrique Delmonte Soñé ha logrado hacernos caminar sobre el filo de la navaja. Esa sensación, dudo que pueda olvidarse jamás y es por eso que he comprendido que la poesía es el lugar donde quiero habitar para siempre en LA REDONDEZ DE LO POSIBLE.
Santo Domingo, junio 26, 2018
La redondez de lo posible de José Enrique Delmonte Soñe, obtuvo el XV Premio Internacional de Poesía "León Felipe", dado en la ciudad de Tábara, España, en el año 2017. Fue editado en España y pertenece a la Colección Generación del Vértice, 161
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