Al otro lado
tan distinta la piel que se repite
no lo sé
doce campanadas pueden sonar iguales
cuando se espera nada nuevo
pero es tan distinto el rompeolas
las sendas de futuros imperfectos
los ruidos que engrandecen los aromas
Tal como me contaron
aquí la tarde se detiene
para posponer la noche
gladiolos que se abren
con una sola gota
la tierra se mueve
como si navegara lejos
lejos, lejos
un rumor de placidez atrasa relojes
se entorpecen las gaviotas en sus giros
un puñado de arcilla sirve
para afincar memoria
Este es el otro lado
tan cotidiano que acaricia las horas
un azul inmenso
un verde avasallante
intensas olas
que agrandan la esperanza
he visto a las hormigas acercarse a la orilla
solo para conocer el riesgo
retornan risueñas
y se confunden entre ellas
como si fueran otras
es tan vasto este contorno
para suponernos tiernos
o tal vez concedernos infinito
En este lado
las cosas se asemejan al eco
retornan en voces
o descansan en las manos
se convierten en sirenas
o cabalgan sobre la espalda
de las hojas
bata mirar el horizonte
para saberte de este lado
no es suficiente la nostalgia
para tantas repeticiones de asombro"
José Enrique Delmonte Soñé
"La redondez de lo posible", XV Premio Internacional
de Poesía "León Felipe", Tábara, 2017
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