Luis Carvajal Núñez |
Por Pastora Hernández
Si tuviera formación para escribir música, no escribiría estas notas. Muchos de los poemas de Luis Carvajal se prestan muy bien para ser musicalizados.
En su poesía se refleja una constante búsqueda, un hacer "camino al andar", al aproximarse cada vez más a la rica vastedad de su ser. Su poema "Latidos y arrebatos", da cuenta del significado de la poesía como estandarte, como arma que perfora la conciencia y la realidad, como rito de iniciación en las metáforas y los sueños; como el camino descubierto en donde se plasman sus huellas:
Desde la primera vez
que el mundo se abrió para mí
Escuché el llamado de las liras y los caminos
Archipiélagos de rocas,
exuberante refugios de verde y amarillo.
Muy pronto me hice cargo:
no había remolques,
ni Maestros o líderes,
ni marcas en las rutas
ni balsas en el mar [...]
En su poema "Las puertas", desvela muchas verdades de lo que acontece delante y detrás de las mismas. Hace gala de su imaginación poética, realidad transfigurada por su lenguaje:
¿Qué hay afuera o detrás:
Jardín, crepúsculo, algún cielo menguante?
¿Una mesa servida de vinos y manjares
La indescriptible ola buscando su camino entre las algas? [...]
En su poética deja constancia de su historia, creencias, sueños, del sentido de su vida toda. Cuando leo sus poemas amorosos, de erotismo de anchas alas, de su respeto por la mujer que lo inspira, evoco el siguiente fragmento de “Hacia el poema” de Octavio Paz: “El poema prepara un orden amoroso. Preveo un hombre-sol y una mujer-luna, el uno libre de su poder, la otra libre de su esclavitud, y amores implacables rayando el espacio negro”.
En muchos de sus poemas, Luis Carvajal expresa su amor, preocupación y solidaridad con su pareja, baste el siguiente ejemplo:
Te alimenta de dudas y agonías
Sin saber que mis sueños se desvelan
al buscar una luz para tu aurora
Mis suspiros, mis ansias, mis anhelos,
mi sentir y mi savia
Se te ofrecen.
Carvajal canta también a su madre, a sus hijas, a sus amigos, a la naturaleza, a las mujeres acompañadas y a las que caminan solas. Su poesía resuma un gran amor por la vida en todas sus manifestaciones, desde un pequeño lagarto hasta una enorme montaña, de los secretos del mar y su respiración en el vaivén de sus olas. Pienso y siento que me acerco a la profundidad de su alma fecunda y bella a través de sus versos.
Su poesía posee la cualidad de ser tribuna en donde se denuncian injusticias. Y es que tiene mucha maestría para crear hermosas metáforas a través de las cuales taladra la realidad. Se pregunta, se responde, indaga, en diálogo profundo consigo mismo y con los demás. A través de su escritura se extiende y brota como semillas ardorosas de crecer, de ser árboles y ofrecer sus frutos.
Después que escribe un poema, el poeta sabe que no es el mismo, pues a la realidad le ha agregado detalles nacidos de su fértil imaginación. La realidad queda enriquecida. El poeta capta lo que otros no ven. En una de sus presentaciones, Octavio Paz levantó una copa de agua y dijo: “El poeta sabe muy bien que esto es una copa de agua, pero además del agua puede ver un río, el mar, la lluvia”. Esa es una forma bastante pedagógica de mostrar lo que es ser poeta. (En New York tuve la fortuna de verlo en dos ocasiones, son de los más gratos recuerdos que guardo de esa enorme urbe).
Si hay algo que le crítico a Luis Carvajal es no tener libros publicados. Lo he leído a través de ese maravilloso medio, que es la internet. Para leer sus poemas solo hay que escribir: http://cuchopoeta.blogspot.com/
Luis Carvajal estudió Biología, ciencia que no es muy fácil para muchos. Pienso que va muy acorde con sus inclinaciones.
Por último, un pajarito me contó que pronto saldrá publicado un libro de este admirado poeta: ¡Bravo, Luis. Bienvenido sea!
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