ESCRITORA Chiqui Vicioso: Somos un país culturalmente colonizado; En las casas de la alta burguesía no hay un solo texto dominicano CHIQUI VICIOSO CREE QUE EN RD HACE FALTA UNA CRÍTICA LITERARIA FEMENINA

Néstor Medrano
Santo Domingo
Chiqui Vicioso es una poeta, de esas que escriben con un compromiso histórico que va más allá de lo social, cuya voz es cascada que se deja sentir sin ataduras, tan libre como el  pensamiento que vertebra sus ideas. Sus juicios no buscan nunca ni han buscado antes complacer a nadie y es, como aquellos escritores de siempre y de antaño, un resquicio, un aletazo certero a la rebeldía. Sus opiniones sobre la identidad, sobre quién es o no es patriota, constituyen parte de esa expresión del inconformismo que patina entre la intelectualidad, la idea viva y la reflexión.
Poeta, ensayista, dramaturga y pensadora con conciencia de género, Chiqui Vicioso, se ha forjado al calor de la defensa de la mujer y, entre sus juicios, cree que en República Dominicana hace falta una crítica literaria “femenina” más afín a la manera de ser y a las vivencias de las mujeres.
“Y hay que estar segura de lo que una hace y no hacer depender la autoestima  de críticos que generalmente no escriben, y si escriben son muy mediocres”, dice. Chiqui Vicioso entiende, y lo expresa en esta entrevista, que la mujer dominicana no ha logrado consolidarse políticamente porque no entiende su poder. 
Aquí, la autora también afirma que República Dominicana es un país culturalmente colonizado. Lanza una crítica fuerte al decir que en las casas de la alta burguesía no hay un solo texto dominicano.
“Leen en inglés y no lo mejor que se produce en Estados Unidos y Europa. El desdén hacia el escritor o escritora tiene mucho que ver con sus orígenes de clase”, reflexiona.
Dice que Rita Indiana, es de las escritoras jóvenes que ocuparán parte del espacio de autoras clásicas como Salomé Ureña, Aida Cartagena Portalatín e Hilma Contreras.
A continuación la entrevista:
Quien conoce a Sherezade (Chiqui) Vicioso, sabe de sus posiciones enfáticas de mujer intelectual, de mujer poeta, de mujer con esquemas, ilusiones y resabios, lo que da pie a la pregunta, ¿ha logrado la mujer consolidarse en este país en el cual todavía se discute un 35% de posiciones en los partidos políticos? 
CV:  No, no ha logrado consolidarse políticamente porque no entiende su poder.  Siempre está  a la espera de que  “le permitan”  participar, no comprendiendo que si es el 52% de la población y el 56% de los-as votantes, es quien tiene el poder para determinar quién es elegido, o elegida, en este país para las posiciones de responsabilidad. No exige programas, no demanda reivindicaciones específicas y sobre todo, no entiende que el Presidente y los congresistas son sus empleados, porque ella los paga y a ella se deben.
¿Tenemos los dominicanos la posibilidad de construir una presencia intelectual, en la que el escritor o la escritora dominicana sean referentes en el continente?
CV:  Claro que sí, ya algunos y algunas lo son, lo somos, pero para ello hay que entender que el mundo no comienza y acaba aquí y tener la humildad de reconocernos como lo  que somos, media isla en un archipiélago.  
Los y las que salimos de aquí  y estudiamos en el extranjero, tenemos  la oportunidad de vernos desde  el exterior y corroborar nuestra humilde significancia, entonces podemos aprovechar las oportunidades, y establecer los contactos de lugar.
Inicia el poema “Un extraño ulular traía el viento” diciendo que “Antes la identidad era palmeras mar…”, ¿qué opina de esa identidad del dominicano, tenemos una, la tomamos prestada y la negamos a otros?
CV: Teníamos una identidad, hispanófila, “hispanoamericana”, pero no se  puede hablar de una identidad cuando hay dos millones de dominicanos que viven fuera y que están aprendiendo y creando en otras lenguas.  Las palmeras son un referente geográfico  que se asocia con el Caribe, con mi  Caribe, pero las hay en todas partes.   Por eso el poema dice ANTES, LA IDENTIDAD ERA PALMERAS…
Tuvimos a una Salomé Ureña, también a una Aida Cartagena Portalatín e incluso, en la narrativa a una Hilma Contreras, mujeres de una formación humanística reconocida, ¿cree que las jóvenes poetas y las jóvenes narradoras tienen posibilidad de ocupar parte del espacio que legaron esas creadoras?
CV:   Claro que sí, Rita Indiana Hernández es un ejemplo y es súper joven.  Y he conocido en los Estados Unidos a una pléyade de muchachas con mucha formación y mucha capacidad, entre ellas a varias novelistas y poetas.
Muchos consideran que es usted una de las poetas de mayor importancia en el país, ¿sirve para algo esa consideración, en un país con tantas taras sistémicas en el entorno cultural?
CV: Sirve para ser constantemente excluida por el getthoe literario, y curiosamente por muchas mujeres que quisieran proyectarse y compiten sin necesidad y por una cultura estructurada en los espacios cerrados, pero  también sirve para que la gente te exprese su cariño y admiración todo el tiempo, y eso sí vale la pena, literalmente hablando.
Si se le acercara alguien, un niño de diez años, un adolescente de catorce, un joven de veinte o un adulto joven de 40, qué libro de Chiqui Vicioso le recomendaría?
CV: En poesía Un extraño ulular traía el viento. En ensayo: Algo que decir, ensayos sobre literatura femenina, y Miradas al Caribe de ida y vuelta. En cuento: Dominicus sireinoform.
¿Sigue siendo República Dominicana un país de poetas y cuentistas, o la novela rompió esos esquemas?
CV: Fundamentalmente de poetas.
¿Hace falta una crítica literaria seria y objetiva o estamos bien a la libre, sin que nadie enfile los cañones hacia la literatura dominicana?
CV: En lo que a nosotras concierne hace falta, sobre todo  la creación de una crítica literaria “femenina” más afín a la manera de ser, a las vivencias de las mujeres.  Ecléctica como nuestras vidas, y nutriéndose de otras disciplinas como la psicología,  la sociología, la historia, y la antropología, entre otras.  Y hay que estar segura de lo que uno hace y no hacer depender la auto estima de críticos que generalmente no escriben, y si escriben son muy mediocres.
¿Qué cree que falta en República Dominicana para que el escritor y la escritora real, quien trabaja en un ejercicio sincero, cuente con las herramientas que faciliten su ejercicio, tomando en cuenta un mercado editorial prácticamente complejo cuando no inexistente?
CV: Una Cuba, con una política cultural claramente establecida  y prioritaria para el Estado Dominicano.
¿Puede República Dominicana presentar sin muchas dificultades a la comunidad internacional a un escritor con base sólida que califique para apostar por el Premio Cervantes, o el Nobel de Literatura? ¿En quién piensa?
CV: En el único que tiene ese status, y cuya novela fue reconocida como  la mejor del siglo pasado: Junot Diaz.
¿Qué opina del desdén que se muestra desde muchos ámbitos hacia los autores dominicanos y las preferencias de autores del exterior sobre nuestros escritores, es cierto que esto se debe a que tienen una mayor calidad o que se trata de una realidad impuesta por las propias deficiencias sistémicas del país?
CV:  Somos un país  culturalmente colonizado.  En las casas de la alta burguesía no hay un solo texto dominicano, un solo autor nacional.  Leen en inglés y no lo mejor que se produce en Estados Unidos y Europa.  El desdén hacia el escritor o escritora tiene mucho que ver con sus  orígenes de clase, generalmente pequeño burgués, o de clase media baja.  Sencillamente extienden a nuestro oficio sus prejuicios de clase.
¿Podemos competir desde nuestra realidad actual en un mundo editorial cada vez más competitivo y signado por poderosas casas editoriales, que en nuestros mundos literarios locales se rigen por el grupismo y la exclusión?
CV:  No. Hay que conectarse con AMAZON y con otras editoriales internacionales.
¿Qué escritor o escritora dominicana la representa y por qué?
CV: Salome Ureña, definitivamente, porque es la fuente.  Camila Henríquez Ureña porque es quien más tiene que enseñarnos sobre la ética del oficio y cómo y para qué escribir.
¿Han sido responsables los intelectuales dominicanos con su realidad, sus valores o traidores como denuncia Manuel Núñez en su libro El Ocaso de la Nación Dominicana, al minimizar las luchas patrióticas de la Independencia contra las tropas haitianas?
CV:  Los que perdimos a nuestros  familiares en la dictadura de Trujillo y nuestros compañeros, amigos y amigas en la Revolución de Abril, sabemos muy bien el significado de la palabra nacionalismo. Hacer de Haití y los haitianos “el imperio a combatir” es una farsa y una cobardía, en gente sin ninguna tradición de lucha por un mejor país.
¿Es usted nacionalista o las fronteras, en este mundo globalizado, no existen?
CV: Amo mi país, el de Duarte, Manolo, Caamaño, las Hermanas Mirabal, y soy una ciudadana del mundo.  De cualquier territorio donde   haya gente solidaria con los condenados de la tierra, en ese sentido Nelson Mandela y Malcom X son tan hermanos míos como los de  carne y hueso. 
¿Qué opina de la situación actual de los escritores dominicanos? ¿Quién es escritor, el que escribe o el que publica?
CV: El o la que habita en la palabra. En este país no todo el que puede publicar merece el nombre de escritor o escritora.
¿Existe una poesía y en términos generales una literatura dominicana? ¿Qué nos falta?
CV: Claro que existe!  Nos falta más trabajo, menos snobismo en la juventud “literaria”, y más alegría  y espíritu de grupo en quienes ejercemos el oficio.
¿Qué opina de los autores jóvenes dominicanos?
CV: Practican una sana osadía, cuando es sana;  una gran irreverencia que a veces es parricida o marricida, pero generalmente son mucho más cultos que nosotros a su edad porque leen mucho y tienen ventanas al mundo de las  que no disponíamos.
¿Qué le parecen las intervenciones de los intelectuales dominicanos en las redes, se abusa de Facebook, los temas que tratan son frívolos, inducen al debate o deberían alejarse un poco?
CV: Creo que la generalidad de los y las intelectuales no tiene tiempo que gastar en Facebook, opina  a veces, pero no hace de ello un ejercicio cotidiano.  Los que hay sufren un poco del síndrome de Anais Nin, que todo lo comentaba y todo lo hacía girar alrededor de su autoasumido encanto e importancia.
Finalmente, ¿Quién es  Chiqui Vicioso?, que los niños, los adolescentes y los jóvenes puedan entender las razones de su pensamiento y de sus actitudes intelectuales de escritora comprometida con la causa de su país, que mira su entorno y reflexiona como poeta.
CV: Una dominicana, Marxista,  en búsqueda de la verdad y la justicia, que sueña con rescatar la belleza y distribuirla como el pan, con el maná de la palabra.
Biografía activa
   Nació en Santo Domingo el 21 de junio de 1948. Poeta, dramaturga y ensayista. Hija de Juan Antonio Vicioso Contín y María Luisa Sánchez. Licenciada en Sociología e Historia de América Latina por The City University of New York (Brooklyn College). Hizo una maestría en Diseño de Programas Educativos en la Uni-versidad de Columbia y estudió Administración de Proyectos Culturales en la Fundación Getulio Vargas, de Río de Janeiro, Brasil. Fue  Directora de Educación de Pro Familia (1981-1985), Consultora del Programa de la ONU para el Desarrollo de la Mujer (1986-1987) y Oficial Nacional de Pro-gramas con la Mujer de UNICEF. Ha sido columnista del periódico Listín Diario, colaboradora de La Noticia y dirigió la página literaria Cantidad hechizada, de El Nuevo Diario. Al inicio de la década de los ochenta fundó el Círculo de Mujeres Poetas. En 1988 la Sociedad Dominicana de Escritores le concedió el prestigioso Caonabo de Oro y posteriormente, en 1992, la Dirección General de Promo-ción de la Mujer le entregó la Me-dalla de Oro al Mérito a la Mujer más Destacada del Año. Parte de su producción poética ha sido incluida en Sin otro profeta que su canto (Antología de la poesía fe-menina dominicana) y en Poemas del exilio y de otras inquietudes /Poems of exile and other con-cerns (Antología bilingüe de la poesía escrita por dominicanos en los Estados Unidos), ambas pre-paradas por Daisy Cocco De Filippis. También aparecen textos suyos en Antología histórica de la poesía dominicana del siglo XX, de Franklin Gutiérrez y en Dos siglos de literatura dominicana, de Manuel Rueda. En 1997 obtuvo el Premio Nacional de Teatro con la obra Wish-ky Sour.
BIBLIOGRAFIA ACTIVA
POESIA. Viaje desde el agua. Santo Domingo: Ediciones Visuarte, 1981; Un extraño ulular traía el viento. Santo Domingo: Editora Alfa y Omega, 1985; Internamiento. Santo Domingo: Editora Búho, 1992.
ENSAYO. Volver a vivir: ensayos sobre Nicaragua. Santo Domingo: Editora Búho, 1985; Julia de Burgos la nuestra (biografía poética en colaboración con la grabadista Belkys Ramírez). Santo Domingo: Editora Alfa y Omega, 1990. Algo que decir (ensayos críticos sobre literatura escrita por mujeres). Santo Domingo: Editora Búho, 1991. Salomé Ureña de Henríquez (1859-1897): a cien años de su magisterio. Santo Domingo: Comisión Permanente de la Feria Nacional del Libro, 1997.
TEATRO. Wish-ky Sour. Santo Domingo: Secretaría de Estado de Educación, 1998.

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