Hace ya algunos años mi mamá fue sometida a una complicada cirugía para amputarle la única pierna que le quedaba. Los médicos advertían que por su avanzada edad y el deterioro físico provocado por una gangrena expandida había muy pocas posibilidades de que ella sobreviviera. Nana despertó de la anestesia sonriente y cantando, haciendo chistes sobre su nueva situación.
-Tengo que agradecer a Dios y a la Virgen de la Altagracia.- me dijo.
-He ofrecido una novena y quiero hacer un viaje a Higüey en enero con todos mis hijos.
El último día de la novena me llamó a su habitación, me pidió cerrar la puerta y me dijo:
-Quiero hacer unas décimas para agradecer a la Virgen, a la comunidad de catecúmenos, a mis nuevos y a mis viejos vecinos, a mis hijos e hijas, a mis nueras y nueros, a mis amigos, a mis médicos.
Acto seguido me dictó unos versos que leí, a su solicitud, al terminar la novena ese mismo día.
En su homenaje y en agradecimiento a todas las personas que nos han acompañado, manifestado sus condolencias, expresado su solidaridad y amistad a través del abrazo, la llamada, el mensaje escrito o virtual, a quienes han alivianado nuestro sufrimiento con un gesto fraterno quiero dedicarles estas décimas dictadas por mi mamá.
A ustedes, Gracias Por la gracia.
Luis Carvajal.
GRACIAS TE DOY MADRE MÍA
¡Oh Virgen de La Altagracia!
mediadora ante tu hijo,
poniendo como testigo
a todo el pueblo de Dios
mi comunidad y yo,
mis familiares y amigos,
viejos y nuevos vecinos,
los frutos de mis entrañas
y hasta personas extrañas
hermanados en tu amor.
Después de sufrir dolor
y la amenaza de muerte.
Después de dejar mi suerte
a tu santa voluntad
y de implorar tu piedad
y tu alta gracia divina.
Después de alcanzar la cima,
Donde lleva la oración
de pedir y dar perdón:
de alabarte, Madre mía.
De entregarme cada día
a tu divina prudencia,
de ayudarme con la ciencia
y abrazarme a la palabra,
de saber que si soy salva
es por tu bondad divina.
Virgen; mi madre, madrina,
mi hermana, amiga, comadre
que a la derecha del padre
junto a tu hijo me cuidas.
Gracias te doy, por la vida.
Gracias por los sentimientos.
Gracias por el sufrimiento,
por la cura, por la espera.
Gracias por la verdadera
hermandad de los hermanos.
Gracias te doy por las manos
que confortaron las mías.
Gracias te doy, Madre mía.
Gracias te doy por la gracia.
¡Oh Virgen de La Altagracia,
sagrada Virgen María!
Gracias te doy, Madre mía.
¡Gracias te doy por la gracia!
Julia Núñez
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