Queridas compañeras,
queridos compañeros:
En este singular ejercicio del ver y volver a ver que es el leer, quisiera poder nombrar ahora a todos y cada uno de ustedes por su nombre y apellido e incluso aprovechar este momento para traer a otros no presentes físicamente, pero de cuya alentadora presencia estoy consciente por la energía que se respira en esta sala. Como se podrán imaginar, esto sería imposible, entre otras cosas, por las fronteras de tiempo que tenemos demarcadas. A su vez, voy a darles un GRACIAS enorme y con mayúsculas a todos colectivamente.
Sé que este tipo de homenaje podía haber recaído en cualquier otro escritor o escritora entre los muchos que pueblan la geografía que sale de nuestras dos terceras partes de la isla. Precisamente porque sé que éste fue un complot entre el Comisionado y algún amigo (que necesitaba algún favor) o algún enemigo (que intentaba ponerme en ridículo), les aseguro que los humos de esta fiesta del libro que ustedes han preparado y en la que han decidido agregar mi nombre no se me van a subir jamás a la cabeza ni tampoco me van a bajar a las nalgas (por aquello de “sentarse uno en sus laureles”). Yo sigo y seguiré siendo el mismo Rei, su vasallo, antimonárquico, anticlerical y antipolítico que ustedes han conocido desde siempre o desde hace sólo unas semanas o unas horas.
He dicho “antipolítico,” y esto me sirve para recordar a un hombre de letras que se dirigió hacia la política, pero que, hasta cierto punto, representó la antipolítica de nuestro país, pues un día como hoy, 26 de septiembre de 1963, hace 51 años, Juan Bosch se encontraba preso en el Palacio Nacional, desde el cual había gobernado tan sólo siete meses. No voy a abundar más en ello, pues lo que importa aquí y ahora es la fiesta que la República Dominicana de Nueva York le hace al libro.
Y como yo sé que lo que ustedes quieren es escuchar la música que ya ha empezado a sonar tímidamente detrás de esa cortina y están, por consiguiente, deseando que me deje de pleplas, me baje del escenario y me vaya a sentar en la silla que me han asignado, voy a hacer exactamente eso.
¡Muchas gracias!
Rei Berroa
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Rei Berroa (*Santo Domingo 1949) Poeta, catedrático y traductor dominicano residente en los Estados Unidos.
Vida
En 1983 se doctoró en la Universidad de Pittsburg. Desde 1984 enseña literatura española y crítica literaria en la Universidad George Mason de Washington. Ha sido consejero de la revista Hispanic Culture Review entre los años 1992-2006, por lo que recibió el premio GMU en el 2002.
Berroa ha sido asesor literario, también, del Teatro de la Luna de Arlington desde su fundación en 1991 y además cada año, coordina y dirige, el Maratón de la Poesía, que consiste en dos días de lecturas poéticas que se efectúan en la biblioteca del Congreso de Washington , en el teatro de la Luna y en otros lugares de la capital estadounidense. En este ciclo anual se reúne a destacados poetas de países de habla hispana.
Desde 2001, Berroa publica una antología de los poetas invitados al festival de Washington.
A finales de marzo de 2008 participó en el IV Festival Internacional de Esmirna, Turquía, dedicado a Latinoamérica, junto a los poetas Pablo Armando Fernández de Cuba, Sergio Badilla Castillo de Chile, Diana Bellessi de Argentina, María Baranda de México, Rafael Courtoisie de Uruguay, Enrique Hernández de Jesús de Venezuela y Margarita Laso de Ecuador.
Obra
Retazos para un traje de tierra (Madrid, 1979)
Los otros (Santo Domingo, 1981)
Libro de los fragmentos (Buenos Aires, 1988)
Ideología y retórica (México, 1988)
Libro de los fragmentos y otros poemas (Caracas, Venezuela, 2007)
Referencias
http://mason.gmu.edu/~rberroa/
http://washingtonart.com/beltway/berroa.html
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