Gráfica correspondiente a la exposición Manolo en las Manaclas del AGN, de diciembre 2013 |
Allí
donde la soledad se eleva hacia la cima heroica
y
sostiene en vilo la vertical hazaña del sacrificio vivo
yo
sé que escuchas, Comandante;
que
aún retumban los versos de René del Risco
en
la escarpara sierra, así como los tiros de fusiles.
no
los de los soldados, -esos no son perennes-
sino
los de sus armas de políticos firmes,
que
cambiaron el escenario falso
de
convenios hipócritas
por
no traicionar la fe del pueblo.
Como
si fuera pino de montaña,
ceñido
por las piedras que susurran
cuando
el viento pretende remover
su
fija posición de centinela en la atalaya,
cuidador
del último pudor de hombres valientes,
militantes
de eternidad contra la desvergüenza
yo
sé que nos verán en estado de alerta
al
contemplar el paso de los guerrilleros
condecorados
por la verdad.
¡Qué
a nadie se le ocurra decirme que fue en vano!
Para
corroborar la decisión correcta están las altas nubes
coronando
su esencia de quisqueyanos buenos.
Y
está el aroma de los pinares en constante homenaje.
Y
están los afluentes descendiendo por laderas y vertientes
para
que el agua pura llegue a los hombres de los llanos
y
restaure en las consciencias el sentido del honor.
Muchos,
indiferentes ante la inmolación hablan del inútil gesto
pero
un muchacho sin miedo conserva en su memoria
el
sacrificio en las escarpadas montañas y escribe en su cuaderno
la
palabra INMORTAL.
©LEIBI NG
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