Es necesario involucrar a la mayor cantidad de ciudadanos y ciudadanas
en la lucha por defensa de la vida y de las aguas.
El espacio natural de acción y resistencia tiene que ser la propia
localidad donde los sujetos sociales e individuales son invencibles y su
influencia y liderazgo son efectivos.
Las acciones locales, en todo el territorio nacional y en el exterior,
deben partir de iniciativas consensuadas entre los pobladores, las
organizaciones locales y los liderazgos de cada lugar.
Las escuelas, los clubes, las comunidades eclesiales de base, las
juntas de vecinos, las organizaciones religiosas y todas las instituciones
sociales del territorio deben ser integrados a la planificación, acciones
logísticas y ejecución de la defensa de Loma Miranda.
Esta lucha debe servir para que la población crezca en sus niveles de
conciencia, de compromiso y en su capacidad de actuar de manera coordinada
desde la diversidad de entidades, sujetos e intereses que se articulan.
Debemos estar preparados, preparadas por si el Senado de la República y
el Gobierno se equivocan y deciden desoír el reclamo popular para que Loma
Miranda sea protegida para siempre declarándola por ley PARQUE NACIONAL.
Cada ciudadano deberá, si es necesario, hacer algo en el marco de sus
posibilidades individuales y como miembro de la comunidad para lograr que los
poderes fácticos del país asuman la protección de LOMA MIRANDA como un mandato
de la población, como una expresión del Poder Popular en que debe cimentarse la
verdadera democracia.
La lucha por el agua, por la biodiversidad, por el derecho de la
población a disfrutar de un ambiente sano, saludable y funcional en el
sostenimiento de su economía y su calidad de vida es un acto de amor y de
supervivencia.
La vida no se negocia.
¡MIRANDA NO SE NEGOCIA!
¡LOMA MIRANDA PARQUE NACIONAL!
¡Para que siempre haya patria!
Luis Carvajal.
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