Déjeme ponerle tapa a su
pomo indiferente
Y acallar entre su jaula el
aullido de mi fiera
Déjeme transparentar sus
puertas y sus dones
Hágame un sitio en la
alcoba de sus mitos
Para derribar de forma
abrupta sus altares
Permita que entren mis
faltriqueras al baúl de sus secretos
Y domeñar su mundo de
bravías llamaradas
Permítame que surque el mar
de sus portentos
El fuego llameante en sus
lagunas
Su boca de savia apetecida.
Permítame que vulnere los
vericuetos de sus miedos
Su estancia en mi tenue
purgatorio
Permítame que fluya mi río
hacia sus cauces
Hacia su riada de percance
inadvertido
Hacia sus anegadas
cicatrices.
Permítame que encumbre mis
cometas con su aliento
Que vaya construyendo un
sol con el fuego de sus ojos
Déjeme antojar de sus
desmanes
Permítame cubrirle su voz
con la espada de mis ansias
Que si alguna vez llegara a
arrepentirse
Yo respondo por crear
falsos incendios.
©Omar Messón
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