Palabras de Brunilda A. Contreras N. en presentación de mi libro AGUA DE SAL

Brunilda A. Contreras N.
A consolar he sido convocada, mas no con ese propósito he acudido,  pues jamás de consuelo puede hablarse, cuando del nacimiento de un libro se trata.  He venido, sí, con el corazón rebosante de un  regocijo, de una alegría y de  un gozo pocas veces sentidos, a compartir con Leibi y  nuestros  amigos, esta hermosísima ocasión, que nos permite  expresarle, a esta promotora del entusiasmo por la literatura, nuestro reconocimiento por su estímulo permanente. Ese que nos ha mantenido unidos, si no físicamente, mediante los mágicos y muchas veces incomprensibles canales  del alma,  aún cuando la vida  puso mar entre nosotros por diez largos años.

Pero la vida nos la devolvió y entonces la encontramos jugando con el cíclope ratón y su amigo el bufón, y creando hermosísimos poemas en el jardín. Aquí la tenemos siempre con las pilas puestas, dispuesta a extender los  bordes del reino de nuestra literatura,  entre estrellas, conchas, pulpos, delfines, ballenas tiernos tiburones, algas y sargazos, y una riada inmensa de espumas, olas, corales y esponjas, peces de colores, fosas submarinas, sobre la más bella de todas las arenas:  el mundo mágico de la imaginación creadora.

Pero si es preciso llorar, conmovidos por el amor que nos convoca al  nacimiento de esta obra, y por  la sinergia que se genera cada vez que los que compartimos el amor por las letras nos juntamos, junto con Leibi,  en vez de ofrecerle algún consuelo,  dispuestos estaremos a crear, de fantasía, mares inmensos.

Brunilda A. Contreras N.

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