La rivalidad internacional por la República Dominicana y el complejo proceso de su anexión a España (1858-1865). Presentación de Roberto Cassá




Roberto Cassá

Presentar un libro, como me ha pedido Luis Escolano, entraña una responsabilidad, por cuanto se debe integrar una síntesis de los contenidos y una evaluación, aun sea preliminar de las interpretaciones propuestas por el autor. Cabe resaltar, como punto de partida, que esta obra constituye un aporte de valía a la temática que aborda en la medida en que incorpora multitud de información desconocida, base de una prolongada exposición, sin desmedro de la capacidad analítica. En ambas vertientes, encuentro, nos encontramos con un texto lleno de novedades que se coloca en adelante como un hito.
            El libro es una reelaboración de la tesis doctoral presentada en la Universidad de Alcalá de Henares, en cuya presentación me tocó el honor de formar parte del tribunal de sinodales por invitación del propio postulante. Creo recordar que Escolano obtuvo la calificación de sobresaliente por voto unánime de los integrantes del referido comité. De nuevo Luis Escolano me concede el honor de comentar el resultado de la reelaboración de la tesis doctoral. Agrego que ha sido un privilegio para el Archivo General de la Nación que le confiara la edición del libro que tenemos delante de nosotros.
            Lo logrado es producto de la especialización por largos años de Escolano con la historia dominicana de las décadas centrales del siglo XIX y de su participación en investigaciones multidisciplinarias acerca de la sociedad y la cultura dominicana coordinadas por la profesora Teresa Cañedo-Argüelles. 
            La labor no ha sido pequeña y ha sido más exitosa gracias a la entrega del autor en esta fase de su labor. Nos encontramos con un libro de 691 páginas, incluyendo bibliografía e índices. Pero es poco más de la mitad de la extensión de la tesis. Aunque este tipo de documentos tiene generalidades inevitables, zonas importantes de la materia tratada han debido quedar excluidas, fuera por imperativos de costos como por las preferencias de los lectores más comunes.

Roberto Cassá, Luis Alfonso Escolano y Alejandro Paulino en la mesa de presentación de la obra.
            El título del libro orienta sus objetivos. Primeramente sus límites cronológicos, aunque en realidad se detiene en 1863, con el inicio de la insurrección generalizada de los dominicanos. Más definidor es “el complejo proceso de su anexión”, que anuncia el diseño de la síntesis elaborada. El libro versa acerca de las relaciones internacionales en torno a la República Dominicana, pero al mismo tiempo incorpora planos de la historia política y económico-social que normalmente están ausentes en la bibliografía más común de esta temática. En tal sentido, entiendo que produce una reelaboración de los procesos políticos locales que condujeron a la anexión de 1861. Pero no es una reelaboración sin más sino producto de la vastedad de la información y de la capacidad interpretativa resultante de visualizar el proceso como un objeto integrado y múltiple al mismo tiempo.
A primera vista resulta patente el provechoso uso dispensado a las documentaciones principalmente en el Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares y el Archivo General de la Nación de Santo Domingo. Pero es igualmente parte de la originalidad y consistencia del estudio el acceso a fondos antes ignorados en archivos de Gran Bretaña y Francia.
            Así pues, sobre la base de la documentación diplomática y de la agenda intensa que se produjo en esos años a ese respecto, se aborda el proceso como un todo integrado. Me parece que se llega a la solución metodológica óptica. Se asume un objeto delimitado, como es el ámbito de las relaciones internacionales, pero no es visto en forma aislada, puesto que se articula con los movimientos generales de la formación social.


Escolano se propone explicar la anexión no únicamente como producto del rejuego entre las potencias y de las coyunturas internacionales, sino además de las líneas de fuerza de la propia sociedad dominicana. Con acierto Escolano describe la debilidad del Estado dominicano y los efectos adversos de coyunturas como la guerra civil de 1857-58, que dejó un desorden monetario descomunal que llevó a sus consecuencias posibles el descalabro de la economía. En el orden político, primordialmente a través de la documentación producida por los agentes consulares y otros enviados de las potencias, se sitúa la recomposición del partido baecista, que a los pocos meses de sacado de circulación, se montaba sobre el descontento prevaleciente. Sobresale igualmente el peso que tenía en la política doméstica la relación con Haití, expresada coyunturalmente en el movimiento insurreccional con apoyo de Port-au-Prince del flamante traidor Valentín Alcantar, detrás de quien operaron los generales Domingo Ramírez y Fernando Tavera. Se tiene la ocasión de repensar la actitud de los círculos dirigentes dominicanos hacia Haití y de cómo se imbricó con los planes anexionistas. De la misma manera se obtienen nuevas luces acerca de la variación de políticas en el Estado haitiano respecto a República Dominicana tras el derrocamiento del emperador Faustin Solouque en 1859.
Esta perspectiva se concreta en la dirección de un examen de las reacciones inmediatas que generó el protervo acontecimiento del 18 de marzo de 1861. Siempre con ayuda de la documentación diplomática, Escolano estudia los primeros movimientos espontáneos contra el hecho anexionista, señaladamente los de San Francisco de Macorís y Moca. En el mismo orden, rastre los intríngulis que rodearon la expedición encabezada desde Haití por Francisco del Rosario Sánchez. Y, por último, rastrea determinantes de la gesta restauradora iniciada en agosto de 1863 y su antecedente inmediato de la insurrección de febrero. Aunque no emprende propiamente un estudio de las acciones de las partes en el transcurso de las acciones beligerantes hasta julio de 1865, traza propuestas interpretativas que también están llamadas a formar parte del acervo historiográfico acerca de la materia.
            Pero, como es de rigor, igualmente se traza un panorama acerca de las fuerzas desplegadas en torno a los intereses envueltos en el ámbito de las relaciones entre los países que gravitaron sobre el desenvolvimiento del Estado dominicano desde su nacimiento. Se exponen los intereses de cada potencia y las coaliciones y conflictos que las relacionaron alrededor del destino de la República Dominicana. En la coyuntura posterior a 1858 se destaca el choque entre el expansionismo norteamericano y el intento de España por fortalecer y ampliar los residuos de su imperio colonial en las Antillas. Escolano arroja nuevas luces de episodios vinculados con este entramado, como las maniobras del célebre cónsul Antonio Maria Segovia, la inmigración de canarios desde Venezuela y los proyectos de colonización e inversiones emprendidos por el filibustero William Cazneau y su esposa Jane Montgomery.




De tal manera obtenemos elementos para un encuadramiento cabal de estos y muchos otros episodios dentro del proceso histórico del país. Esta obra, por tal razón, es una contribución a la historia dominicana. A propósito de una coyuntura y de un recorte temático se abonan informaciones valiosísimas antes desconocidas y, sobre todo, perspectivas de análisis que perfilan panoramas novedosos. Para saber cómo se fraguó la anexión ya no bastará estudiar a José Gabriel García o a Sumner Welles. Ni siquiera será suficiente la documentación compilada por César Herrera en el Archivo General de Indias y otros repositorios de España y reproducida parcialmente en el recién publicado libro Anexión-Restauración. Felizmente, como es propio del avance de los estudios históricos, Escolano los supera con mucho en información y somete términos de análisis más desarrollados y acordes con las miradas e intereses del presente, lo que en fin de cuentas confiere pertinencia a las innovaciones en la historiografía.
Acaso el sentido que recorre estas numerosas páginas se condensa en la evaluación sumaria que efectúa Escolano acerca del régimen anexionista y de su fracaso por anticipado al no adecuarse a la realidad del momento, que incluía intereses de segmentos variados de la población, determinados por relaciones de larga data, que entraron en conflicto irremediable con los propósitos del orden español y que terminaron por hacer concluir esta empresa colonialista en el fracaso rotundo que conocemos.   

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