Ubres de Novelastra de don Federico Henríquez Gratereaux






El escritor, ensayista y lingüísta Federico Henríquez Gratereaux es autor de “Ubres de novelastra”, obra inspirada en acontecimientos históricos del siglo XX. Es una novela que contiene narración, reflexión y emoción. La acción de los personajes abarca 75 años, y se extiende desde la revolución bolchevique, en 1917, en Rusia, a través de dos guerras mundiales, y algunas dictaduras caribeñas, hasta desembocar en la época de entronización de gobiernos militares de extrema derecha en Sudamérica, a lo largo de ocho décadas.

Jacinto Gimbernard, director de la Fundación Corripio, ha destacado las condiciones que tiene Gratereaux como historiador, ensayista y lingüista.

Mientras que el presidente de la Academia Dominicana de la Lengua, Bruno Rosario Candelier, dijo que esta obra viene a enriquecer con su estilo a la novelística dominicana.

“En esta novela, Federico se inspira en hechos de la historia.

Esta obra tiene una misión metafísica de la existencia, partiendo del análisis, que transmite  un valor diferente al historiador,  sociógrafo o un analista cualquiera”, señaló Rosario.

“La obra tiene una estructura narrativa fundada en hechos breves con unidad en cada segmento que integra los capítulos. El narrador participa en todos los cuadros, escenas  y espacios que articulan esta obra.

Hay un pensamiento que atraviesa el hilo conductor de esta novela, que sustenta la motivación conceptual, moral y espiritual del narrador”,  destacó el filólogo y lingüista.

Indicó que “hay una energía intuitiva en el meollo de la narración,  el pensamiento y la emoción que sustenta y coordina la base inspiradora del impulso temático y narrativo del autor de la obra.

“Cuando Federico combina la palabra ubres con novelastra, quiere decir algo diferente de acuerdo con su propósito como escritor”, explicó.

Rosario Candelier dijo que el encanto de esta novela no radica en la belleza de la forma,  sino en la profundidad del pensamiento del autor.

La mayor parte de los personajes que aparecen en Ubres de novelastra son imaginarios: el archivero media libra, el homosexual llamado Azuceno, Lidia, la actractiva mulata bailarina; los escribanos bajo cuya custodia permanecieron en cajas fuertes las Memorias de Marguerite de Bartrand, incluyendo su personaje principal: Ladislao Ubrique, hijo de un español emigrado por causa de la guerra civil y de una húngara de hábitos domésticos.

Alejandro Arvelo resaltó el valor literario e histórico de la obra, que dijo, puede servir como referente histórico de los más importantes acontecimientos acaecidos en el siglo XX. 

Ganador de premios


El escritor Federico Henríquez Gratereaux ha escrito otras obras y ha ganado el Premio Nacional de Ensayos Pedro Henríquez Ureña en 1979, y ha publicado “La feria de las ideas”, “Un ciclón en una botella”, “Empollar huevos históricos”, y otras. Fue director del periódico El Siglo.

http://www.hoy.com.do/investigacion/2009/3/1/268440/Ubres-de-NovelastraUn-experimento-narrativo-con-critica-social-y-politica

http://www.hoy.com.do/areito/2010/7/17/334318/print

http://tertulialetrasdelaacademia.blogspot.com/2008/08/notas-breves-de-una-lectora-sobre-ubres.html

http://www.escritoresdominicanos.com/librosrecientes.html

http://www.7dias.com.do/app/article.aspx?id=109161

http://www.listin.com.do/puntos-de-vista/2009/4/8/97293/Ubres-de-Novelastra

http://elmaniaticodelalectura.blogspot.com/2009/03/presentan-libro-ubres-de-novelastra.html




Contraportada


Federico Henríquez Gratereaux, ganador del Premio Nacional de Ensayo Pedro Henríquez Ureña en 1979, ha publicado: La feria de las ideas, 1984: Un ciclón en una botella, 1996; Empollar huevos históricos, 2001, Disparatario, 2002 Pecho y espalda, 2003. Es miembro de la Academia Dominicana de la Lengua y correspondiente de la Real Academia Española.

Ubres de Novelastra. Es un extraño libro en el que su autor intenta ofrecer al lector, en un solo envase literario, narración, reflexión y emoción. La acción de los personajes abarca el lapso de setenta y cinco años. El relato se extiende: desde la revolución bolchevique, en 1917, a través de dos guerras mundiales y algunas dictaduras caribeñas, hasta desembocar en la época de entronización de gobiernos militares de extrema derecha en Sudamérica. a lo largo de casi ocho décadas, los ciudadanos de grandes porciones del mundo han sufrido conmociones políticas y sociales, de izquierda o derecha, en ambos casos igualmente demoledoras. la mayor parte de los personajes que aparecen en Ubres de Novelastra son absolutamente imaginarios; el archivero Medialibra, el homosexual llamado Azucena, Lidia, la atractiva mulata bailadora, los escribanos bajo cuya custodia permanecieron en caja fuerte las Memorias de Marguerite de Bertrand, incluido el personaje principal: Ladislao Ubrique hijo de un español emigrado por causa de la guerra civil y de una húngara de hábitos domésticos.

Es claro que todos estos personajes imaginarios están alojados en un entorno real, los gnomos de los cuentos infantiles han de tener residencia en la tierra. Como podría decir el poeta Neruda. Hoy en día a las hadas se les  exigiría en los aeropuertos presentar sus documentos personales de identidad. Estos entes imaginarios tienen domicilio en Budapest, en Praga, La Habana. Santiago, o Ciudad Trujillo, Siendo figuras de ficción conviven no obstante con Goebbels, Hitler y Heidegger: y lo mismo con Gerardo Machado o Fidel Castro Clavileño. El caballo de los viajes imaginarios de  don Quijote, por ser de madera, tiene también asiento en la tierra.
 
Ubres de Novelastra expone los dolores de la política, las guerras del pasado siglo, las luchas ideológicas sobrevivientes, mediante cuadros cuasi periodísticos o cuasi cinematográficos. Los sucesos trágicos narrados en este libro son reales; contra ese fondo social se mueven los engendros de la fantasía y nos cuentan sus aventuras individuales. Cierto humor, diluido o tangencial, penetra la integridad del texto. Es responsabilidad exclusiva del autor haber recurrido a ese expediente "protocómico" en medio de sucesos sumamente penosos. Para resistir tanto dolor le pareció imprescindible un hilo de humor oblicuo una sola figura real y existente sirve de guía a la narración pero aun esta aparece recubierta de adornos, metamorfoseada por obra de inventos y añadidos Marguerite de Bertrand. En verdad, una mujer de parecido nombre importunó a un periodista, incrédulo durante varias semanas. Quería contar antes de morir algunos episodios. 

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