Del muro de Martha Rivera-Garrido



Tu cuerpo es un deseo de ti por todas partes.
Tu cuerpo es un imán tensando mis rodillas.
         Eternidad de un día desde la que borracho de urgencias
         me disuelvo, fugacidad con brazos para estrecharme a un fuego.
Tu cuerpo es una flor brotando de un espejo,
          un temor con esperma recogido en el vientre,
          la pelvis una playa que agrupa un mar de besos.
Tu cuerpo es un recuerdo que no tiene pasado,
         permanencia del agua en racimos de unas horas...
Tu cuerpo es la noche con su nada redonda,
          el sonido,
          el metal,
          la soledad,
          la campana que hincha la neblina sobre las viejas piedras de la
          catedral...
Tu cuerpo es un deseo de ti por todo el tiempo.
         Escasos los dedos, tremendos los ojos
         y unas ingles llanas de las que crecen nubes.
Tu cuerpo es una música para nunca tocada.
Tu cuerpo no amanece.
Tu cuerpo inventa alas,
        azul en lo azul, desde lo blanco blanco,
        voz en la voz y por el viento soplo...
Tu cuerpo es un deseo de ti por todo sitio.
Tu cuerpo es una danza de ti si el piano flota.
Tu cuerpo es un reclamo de amor en cada gesto.
Tu cuerpo es un deseo de ti por todas partes.

©Jose Mármol

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