¿Tú estás segura que quieres decir
eso? ¿Lo quieres decir? Pues ve, dilo…así me hubiera dicho Miguel si le hubiera
comunicado mi deseo de hablar esta mañana, enfrente de un lugar tan querido
para él, donde siempre está presente. Yo solo quería reiterar algo que él leyó y disfrutó, cuando
publiqué “Falta otra Tarja” y está consignado, además, en papelitos que Minerva
encontró y conserva. El nombre de la solidaridad es Miguel, el nombre del amor
por la vida, la fascinación por el arte, la literatura, el deseo de un país
diferente, con menos injusticia y desigualdad. La sinceridad dura, hiriente,
también es Miguel, porque no conoció la medianía. Transaba, amarraba, tejía y
deshilvanaba estrategias, para sumar y solucionar conflictos, sin embargo, el
pan fue el pan y el vino, vino…
Si hubiera podido, y con su
permiso, hubiera dicho eso ahí, enfrente de su mural, con él al lado, con su
energía detrás de las rosas, y en cada
rincón de Alfa y Omega y él, con los ojos húmedos y voz queda, me hubiera
señalado a Minerva, a sus adoradas hijas, a Victoria, para decirme: mira, les
gustó. Y con un guiño, agradecería la presencia de todos esos camaradas
queridos… me preguntaría entonces ¿para
dónde vas? Quédate un rato! Y eso le pido ahora: no te vayas Miguel, quédate con
nosotros.
Carmen Imbert Brugal
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