Un grupo de jóvenes chinos pero residentes en la República Dominicana, hizo recientemente un viaje de intercambio cultural hacia la gran nación asiática. De entre todos los grupos del mundo, este resaltó por sus características particulares. Fueron los únicos que se atrevieron a bailar con una coreografía propia y fueron los únicos que llegaron hasta la cima de la Gran Muralla donde, para orgullo del país, tatuaron en la roca milenaria el nombre de esta pequeña nación de las Antillas.
Espero que sea un hito para los visitantes de esta tierra o que amor por ella sienten, ir a tocar ese relieve cuando toque la oportunidad.
Impesionante hazaña que llena de orgullo. Ojala y este ejemplo sea imitado por nuestros jovenes.
ResponderEliminarUn gran saludo
¡Gracias, amiga! Se lo hago saber. Mi abrazo!
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