Tsai Shen Yeh
Tsai Shen Yeh es una figura taoísta que representa la riqueza. Un dios de la abundancia que ya sabemos todo lo que puede resolver: bienestar, alimentación (que da salud), satisfacciones…
La leyenda de Tsai Shen Yeh
Tsai Shen Yeh era un discípulo descontento del gran Confucio. Las enseñanzas del Maestro no le aseguraban una larga vida y la abundancia.
En esa búsqueda, se encontró con Lao Tzu, quien lo invitó a conocer el taoísmo.
Con pasión empezó a aprender todo sobre el taoísmo y con el tiempo se convirtió en un maestro taoísta.
Tsai Shen Yeh Ideó un sistema llamado Reifu que es una especie de caligrafía espiritual, una manera de sanar y alcanzar la iluminación.
Se hizo famoso por ser capaz de curar a los enfermos. La gente acudía a solicitar su ayuda y poco a poco empezó a ganar prestigio como sanador pues las personas al aplicar esa mezcla de caligrafía con los preceptos indicados mejoraba, cambiaba de vida.
El maestro había descubierto una forma de curación psíquica. Una medicina poderosa que sencillamente ayudaba a vivir. Como una cosa trajo la otra, empezó a hacerse rico y de esta forma pudo combinar las dos cosas: una vida abundante y ayudar a los otros a lograr iluminación.
Él tenía el poder espiritual sobre la gente y se convirtió en leyenda y luego en Dios.
El gallo de oro
Había una aldea con un pozo de donde todos se abastecían de agua. Pero un día un espíritu maligno se apoderó de la única fuente de agua del pueblo que se convirtió en un estanque de aguas infectadas. La enfermedad se apoderó de la aldea… Entonces acudieron a Tsai Shen Yeh No se sabe cómo el Dios logró sanear las aguas, pero la leyenda dice que él lanzó un hechizo escribiendo, y la caligrafía se convirtió en un precioso gallo de oro que voló sobre el estanque y de repente, surgió ese espíritu maligno que infectaba las aguas. Salió corriendo lleno de miedo y se llevó su dolor, su enfermedad y sus microbios.
El poder del Dios:
Cuando Tsai Shen Yeh murió de viejecito, la gente seguía usando la caligrafía junto a su imagen, en las puertas de sus hogares. Creían que esto alejaría los problemas financieros, que les daría una vida llena de paz y seguridad y como la mente crea lo que queremos, todo se iba cumpliendo y más y más gente se convenció de ello y más y más gente ganó prosperidad y paz al cifrar la esperanza y la fe.
De manera que hoy, gracias a Bonny del Hong Kong Trading de la Benito González 62 en el Barrio Chino de Santo Domingo, el Dios Tsai Shen Yeh entra en mi casa, para mi protección y la de los míos, para mi suerte y para mi salud, para mi paz y para mi abundancia que es lo que deseo para todos.
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