Pues sí, yo que tanto sufría con este vulgar hábito de los maleducados que no pueden estar sin su celular he pasado vergüenza en el Salón de Embajadores porque mi maravilloso "Don´t worry, be happy" de Bobby McFerrin sonó, sonó y sonó... y por largos minutos quedó fijada en mi cabeza la frase de que en cada momentos tenemos apuros. Yo pensé que había apagado el maravilloso aparatito, por lo que cuando sonó dije: "No es el mío", pero sí, era el mío y como tardé en encontrarlo dentro de mi cartera, me mandaron a hacer silencio (claro está!), ¿y quienes me rodeaban? Nada más ni nada menos que Bernardo Vega, Soledad Álvarez, Freddy Ginebra, Doña Virtudes Uribe, Karina Noble, José Antonio Rodríguez (al flanco y detrás); por delante don Virgilio López Azuán, el creador del Efluvismo, Emilia Pereyra (una de mis escritoras favoritas), Euris Cabral... ¡en fin!... Tuve que tragar en seco y tranquilizarme porque el bochorno me hacía levitar, mas por suerte, tengo la edad que tengo y me llamo como me llamo. Seguro que si me ocurre esto a los 20 años, me hubiera hecho el harakiri. Y es que ¡yo interrumpí el discurso de Vargas Llosa! Pero naturalmente, sólo me quedó un bloqueo del incidente porque este hombre habló con sencillez y ternura, sin poses y sin afectación ni rebuscamientos y ¡claro que se ha ganado el Nobel de literatura y claro que es escritor a carta cabal y por seguir sus palabras se me olvidó el incidente y espero que a mis vecinos. Bueno, yo sólo sé que el Ministro Lantigua habló muy bien, que Vargas Llosa habló requetebién y que Leonel Fernández improvisó y demostró que sabe de literatura y se ha leído todas las obras del recién condecorado con la orden heráldica Cristóbal Colón en el grado Gran Cruz Placa de Plata Jorge Mario Pedro Vargas Llosa, quien tiene un vínculo con los dominicanos que nos ha hecho sentirlo más nuestro que de otro sitio por lo que él expresó que tendrá tres nacionalidades: la peruana, la española y la dominicana, pues gozamos tanto de su Premio Nobel que es como si fuera el primer premio Nobel dominicano... Fue un acto cálido y sencillo. Creo que todo el mundo se conocía: artistas de varios géneros, intelectuales, periodistas, figuras públicas... Respecto a Lantigua, Vargas Llosa y Leonel, a mí los oradores pico de oro siempre me seducen así que aplaudí con ganas.
Algo negativo es que mi cámara se cayó desde el scanner porque había un único guardia atendiendo a la máquina y a las personas que salían, por lo que se averió. Por suerte, las fotos he podido sacarlas, aunque el zoom no se mueve; como no me queda de otra, me voy a dedicar a hacerle la competencia a Dña. Susana Morillo como verán, aunque sin tanto estilo como esa reina de las sociales.
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Dos leyendas del arte popular dominicano: Maestro Rafael Solano y el guapísimo Niní Cáffaro,
recién nombrado Director del Teatro Nacional, por lo cual lo felicitamos. |
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Isael Pérez, Presidente de Editorial Santuario y Enriquillo, poeta de
El Seybo me hicieron compañía. |
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Enriquillo y León David se saludan |
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Yo mirando al techo |
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...eso, una columna en una foto al revés |
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Es mármol puro ¡eh! |
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Ivelisse de León y el Sr. de Ivelisse, que me está relajando haciéndose el chino
¡son fantásticos! |
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Ivelisse de Batista, tenía un traje precioso. |
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Isael Pérez y don Alejandro Arvelo, a quien admiro. |
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Don Alejandro y el querido Juan Freddy Armando |
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Rafael Chaljub Mejía, autor de la obra Antes de que te vayas (Trayectoria del Merengue Folklórico. |
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Nereyda, gloria del baile folklórico, así me sonrió. |
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Enriquillo, León David y su esposa, la artista María Aybar, quien además de pintora
escribe cuentos dirigidos a la infancia. |
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Enriquillo, María e Isael.
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Manuel Salvador Gautier y Adriam Javier
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