Mujer negra, mujer mezcla, mujer entera

Por Yin-lai Trinidad Ng

De pequeña, no tenía idea de cómo me veía. Quiero decir no tenía referencia ALGUNA de mi aspecto ni de cómo se suponía que iba a ser de mayor. Mi madre (la primera mujer a la que miras en estos casos) es la mamá más bella del mundo mundial, pero no nos parecemos en nada. Ella es una muñequita china y yo soy –como dijo Chris Rock en Rush Hour- chinegra.

Crecí en un país donde una mujer debe lucir como si acabase de salir del salón de belleza TODO EL TIEMPO. Y mientras menos negra se vea, mejor. Así que no creía que era bonita porque todos los estándares de belleza que tenía alrededor eran de mujeres hermosas y blancas. Creo que la única referencia que tenía de belleza negra era Naomi Campbell, y sí, WAO, pero no me sentía identificada.

No quiero decir con esto que no tenía modelos a seguir con respecto a logros personales y carácter, eso no tiene nada que ver con esto; sólo digo que no veía a chicas con las que me pudiese identificar en relación a estilo y aspecto físico.

Recuerdo que quería ser una cosa pelirroja y con los ojos verdes. También quería gafas y braces, que no es muy estiloso, pero yo era lerda y eran los 90.

Me tomó mucho muuucho tiempo darme cuenta de quién era yo, y dónde encajaba. Eventualmente me di cuenta que a lo único que me tenía que parecer era a mi misma, y que eso no estaba nada mal.

En fin, todo esto es para decir que me alegra ver a modelos negras e impresionantes por ahí con diferentes rollos y actitudes. Si hubiese tenido a Liya Kebede y su elegancia o a Rose Cordero y su pelo increíble, a lo mejor no me hubiese sentido presionada a elegir entre ser una bomba sexual de piernas largas o una diva del R&B.

Estoy segura de que muchas niñas marrones y negras por ahí tendrán mujeres a quienes admirar antes de darse cuenta de que sólo tienen que admirarse a si mismas. 




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