Artículo publicado el 20 de febrero de 1999, en El Siglo
El maestro Ramón Oviedo
El maestro Ramón Oviedo
Defiende la obra de Vela Zanetti: se puede trabajar para cualquier régimen sin comprometer la calidad del artista
Diógenes Céspedes
La Cultura del Siglo ofrece a sus lectores la segunda entrega de la conversación con el maestro Ramón Oviedo. En la misma se pasa balance a la técnica que utiliza en sus obras, así como a aspectos importantes de la pintura dominicana.
Diógenes Céspedes: ¿Antes de la llegada de José Vela Zanetti al país hubo muralismo en la República Dominicana?
Ramón Oviedo: No, no hubo muralismo.
DC: ¿El maestro Jaime Colson vino después que ya Vela Zanetti había comenzado su trabajo de muralismo en el país?
RO: Jaime Colson sale del país joven y agota una larga temporada en Europa, estuvo también en México, que fue donde se entusiasmó con los murales y aprendió las técnicas del mural, pero no hizo ningún mural al venir al país, se limitó a dar clases, a enseñar a algunos muchachos a hacer murales como a Ramírez Conde, Roberto Flores, Norberto Santana y un grupo de jóvenes de esa época que tenían esas inquieturdes de ser pintores y también de paso muralistas. Llegó Colson al país con ese deseo y fundó la escuela del mural en Bellas Artes, pero todo se limitó a la práctica del mural al fresco en las paredes del Palacio por parte de sus estudiantes, es decir, pintura mural al fresco, pero donde había áreas para eso. Es lo que trajo como una innovación al país.
El fresco es una técnica de hacer mural que usaron Miguel Ángel y los pintores del Renacimiento, pero una vez que el mundo avanza y se hacen materiales muy buenos, se hacen telas magníficas, muy compactas, esa técnica es casi abandonada. Hoy en día es muy conveniente hacer los murales en paneles porque de esa manera no ocurre lo que ha ocurrido en otras ocasiones, es decir que le tumban indolentemente un mural a cualquier artista porque se va a hacer una obra en ese lugar y hay que usar ese espacio y sin previo aviso, pun-pun, mandarria con él y para abajo. Así tumbaron uno de Vela Zanetti. Entonces lo recomendable es hacer los murales en paneles para que en todo caso, si hay que derrumbar, se pueda salvar la obra.
Resultó entonces que Colson, quien aprendió bien la técnica del fresco, nunca hizo un mural en el país, se limitó a enseñar a esos jóvenes y creo que hay ahí algunos muralitos de esos. Cuando llega Vela Zanetti es cuando de verdad el mural se hace de una manera sistemática y se le puede llamar mural, porque incluso fueron hechos directamente en el muro.
Ramón Oviedo: No, no hubo muralismo.
DC: ¿El maestro Jaime Colson vino después que ya Vela Zanetti había comenzado su trabajo de muralismo en el país?
RO: Jaime Colson sale del país joven y agota una larga temporada en Europa, estuvo también en México, que fue donde se entusiasmó con los murales y aprendió las técnicas del mural, pero no hizo ningún mural al venir al país, se limitó a dar clases, a enseñar a algunos muchachos a hacer murales como a Ramírez Conde, Roberto Flores, Norberto Santana y un grupo de jóvenes de esa época que tenían esas inquieturdes de ser pintores y también de paso muralistas. Llegó Colson al país con ese deseo y fundó la escuela del mural en Bellas Artes, pero todo se limitó a la práctica del mural al fresco en las paredes del Palacio por parte de sus estudiantes, es decir, pintura mural al fresco, pero donde había áreas para eso. Es lo que trajo como una innovación al país.
El fresco es una técnica de hacer mural que usaron Miguel Ángel y los pintores del Renacimiento, pero una vez que el mundo avanza y se hacen materiales muy buenos, se hacen telas magníficas, muy compactas, esa técnica es casi abandonada. Hoy en día es muy conveniente hacer los murales en paneles porque de esa manera no ocurre lo que ha ocurrido en otras ocasiones, es decir que le tumban indolentemente un mural a cualquier artista porque se va a hacer una obra en ese lugar y hay que usar ese espacio y sin previo aviso, pun-pun, mandarria con él y para abajo. Así tumbaron uno de Vela Zanetti. Entonces lo recomendable es hacer los murales en paneles para que en todo caso, si hay que derrumbar, se pueda salvar la obra.
Resultó entonces que Colson, quien aprendió bien la técnica del fresco, nunca hizo un mural en el país, se limitó a enseñar a esos jóvenes y creo que hay ahí algunos muralitos de esos. Cuando llega Vela Zanetti es cuando de verdad el mural se hace de una manera sistemática y se le puede llamar mural, porque incluso fueron hechos directamente en el muro.
Diógenes Céspedes: De todos los murales que Vela Zanetti realizó el que más le gusta a usted es el que está en el Banco de Reservas, explíquenos el por qué.
Ramón Oviedo: Para mí ese es el mejor mural suyo porque está elaborado, no sé, sospecho como que eso está hecho en tela y luego fue pegado, no puedo asegurarlo, porque está bastante alto, pero sospecho que fue hecho en tela y ojalá que así sea, porque además tiene una elaboración muy superior a todos los murales que hizo. Ahí se ve ya la mano de un artista que va avanzando. Gracias a ese pintor español que tuvo el valor de aceptar hacer murales en la era de Trujillo, tenemos nosotros esos murales. Posteriormente hemos hecho murales Ada Balcácer, Fernando Peña Defilló y yo. Se han hecho al menos como lo recomiendo, es decir, paneles en telas.
(…) DC: Antes de pasar a los murales suyos que están en la OEA y la UNESCO, ¿la técnica muralista de Vela Zanetti corresponde a un abstraccionismo o a un figurativismo? No sólo hay figuras, sino que no corresponden al realismo clásico. Percibo que eso no se hacía aquí, no solamente en pintura, sino también en mural. Es lo que ha quedado. ¿Cómo califica usted la técnica mural que empleó y que fue la misma usada en su pintura al óleo? ¿A qué momento histórico de la evolución del arte corresponde esa técnica y si ha tenido continuadores en Santo Domingo?
RO: Él hace una mezcla de un ligero toque cubista con el realismo académico y también usa un poco de la técnica de Fernand Leger, por los volúmenes con que pinta las figuras, es decir: las figuras son fornidas, voluminosas, aunque hubo en principio un estilo más cercano a lo académico. Cuando termina el mural del Banco de Reservas, ya tiene depurado el estilo, que es mezcla de esos estilos, por eso yo la considero la mejor obra que hizo.
DC: ¿Tuvo ese muralismo continuadores en los años 50 y 60 en Santo Domingo o se ha hecho un muralismo diferente, pero tomando en cuenta los elementos de Vela Zanetti?
RO: Te voy a decir, y es bueno que lo digas públicamente. Resultó que había un antagonismo enorme entre Colson y los españoles. Colson quiso tener el dominio total de la juventud que estudiaba pintura en esos días, imponerles su línea muralista y la técnica del fresco más la otra pintura de caballete a todos los alumnos. Entonces, los jóvenes que eran naturalmente dominicanos, y que creían en el profesor Colson, que venía del extranjero con un background de haber estado por Europa, que se mezcló con Picasso, se dejaban llevar como corderitos de este pintor y no hacían acaso a lo que enseñaba Vela Zanetti. Por el contrario lo bombardeaban. Aquello fue una especie de cacicazgo de grupos antagónicos y eso se ventilaba en la calle El Conde entre la Bombonera y el Sublime, que quedaban casi frente a frente. El grupo de los españoles se sentaba en un rincón, se tomaban su café en la peña diaria que tenían. Yo escuchaba a ambos grupos y pude darme cuenta de esas expresiones de unos y otros. El único que puso mucha atención al pintor español José Gaussachs y por eso llegó más lejos, fue Gilberto Hernández Ortega, que fue su alumno, el número uno y lo seguía. Incluso hasta en el estilo de muchas obras de Gaussachs. Pero Gaussachs era un maestro, es tal vez lo mejor que pasó por aquí, aunque no tocó la pintura del mural ni la pintura de la vanguardia de hoy en día. Pero si le hubiera tocado vivirla, hoy hubiese sido extraordinario.
Entonces, Gilberto fue el único que siguió la línea de Gaussachs, pero todos los demás siguieron a Colson. Vela Zanetti, que pertenece al grupo de los españoles, estaba entonces haciendo murales para el régimen de Trujillo en todas esas instituciones gubernamentales. Colson lo criticaba y decía que él no hacía mural en la era de Trujillo y con eso bombardeaba a Vela Zanetti. Este seguía su curso, lo tildaban de trujillista, fascista y todo eso, pero la verdad es que él ya murió y Colson también, y él tiene murales aquí en Santo Domingo y Colson no los tiene. Esa es la realidad final, o sea, para que tú veas cómo son las cosas. Se puede hacer murales y pinturas en cualquier régimen, la cuestión es hacerlo y no comprometerse de manera propagandística.
DC: Ambos pintores están muertos. A raíz del deceso de Vela Zanetti ha resurgido el viejo debate, que usted presenció, que vivieron Ada Balcácer y los actores artísticos de aquellos años. Contra Vela Zanetti ha salido a flore la acusación de ser pintor trujillista, fascista. ¿Considera usted realmente que Vela Zanetti no logró comprometer su crédito de artista con una propaganda ideológica del trujillismo? Se ha dicho que la trayectoria de esos murales son un proyecto eufórico, positivista, del progreso bajo la era de Trujillo. Sin embargo, la mayoría de los personajes tienen un semblante muy triste, muy deprimido, cosa que un régimen dictatorial no debió tolerar.
RO: No, no, no. A él hay que liberarlo de todo eso. Todo el que le acusa de eso está cometiendo una injusticia con ese señor; porque él era extranjero, vino aquí y él no podía tener el mismo dolor que teníamos nosotros frente a la tiranía trujillista. En primer lugar porque a nosotros los dominicanos era que más mal nos trataban, a los extranjeros no, porque Trujillo siempre se cuidó de no maltratar a un extranjero por la repercusión internacional. Entonces, para aclarar bien ese asunto te voy a decir lo siguiente. Ahí están todos los murales que quedan de Vela Zanetti. Yo estuve hace unas tres noches en esta logia que queda en la Mercedes esquina José Reyes. La Cuna de América. Fui invitado especial para un acto, un rito de esos que hacen las logias, en homenaje póstumo a Vela Zanetti, porque plasmó en ese local cinco panelitos o muralitos. Ahí no hay absolutamente ninguna alusión a la era de Trujillo, todos se circunscriben a hablar de cosas del hombre muy ligadas a estas cosas de logia y nada más.
Entonces, a mí, lo digo con orgullo y me fue de mucha satisfacción que me invitaran a estar en ese acto, primera vez en mi vida que veo un rito de logia. Fue una experiencia muy interesante. Yo no fui creyente de nada de esas cosas, yo no creo en nada de eso, tengo mis creencias muy lejos de eso, entonces podemos buscar mural por mural y no vamos a encontrar nada que haga alusión a Trujillo.
Ahora vamos a hablar del que está en el Banco de Reservas, parece ser que él se vio comprometido a tener que hacer alusión a la era de Trujillo en ese mural y fue inteligente. Lo considero inteligente al hacer uso de un elemento que hablaba de la era, pero muy fácil de eliminar como en efecto ha ocurrido. Él presentó una figura central con un brazo hacia arriba y una moneda en la mano, y arriba del puño y la moneda un arco con cinco estrellas que simbolizaban las cinco estrellas del generalísimo. Cada estrella tiraba un haz de luz hacia arriba, y qué pasa, cuando cae Trujillo fue muy fácil darle un brochazo a esa parte y ahí está el mural y no se perdió su calidad eliminando esa parte.
Es un mural que habla de un progreso, que pudo ser en el gobierno de Mon Cáceres, de Horacio Vásquez, en el gobierno de Trujillo, Antonio Guzmán, Balaguer, en todos los gobiernos, hablar del progreso eso no significa hacer alusión exclusivamente a un presidente o a un gobierno determinado. Ahí está el mural.
DC: Es decir, que usted habla casi en su propio nombre si le tocara hacer un mural en uno cualquiera de esos gobiernos. Usted lo haría y eso no lo comprometería con ellos.
RO: Yo hice el del Banco Central en la era de Balaguer y yo siempre fui un contrario a ese gobierno, es decir, a mí no me simpatizó nunca la forma de gobernar de Balaguer y no dejo de reconocerle algunas cosas buenas que hizo, porque siempre alguna cosa buena hacen, pero no me gustó la forma de gobernar, porque para gobernar y para hacerle bien a un pueblo no hay que maltratarlo, no hay que matar, no hay que hacer una de esas cosas que Balaguer hizo. Uno puede trabajar cualquier régimen sin comprometer la calidad del artista.
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