Muy cordialmente, les invito HOY jueves 6 a las 6:30 p.m.
en el Pabellón de Música: un conversatorio con Luis Aquino
sobre mi libro Gastronomía musical y bibliografías en construcción.
Saludos,
Jimmy
Desde el 31 de marzo pasado, está circulando mi nuevo libro, “Gastronomía musical y bibliografías en construcción”, cuyo contenido es de especial interés para aquellas personas a quienes les apasionan la gastronomía, la música y la literatura, así como la manera en que estas se relacionan, ya que el mismo brinda amplia información y una propuesta preliminar de títulos y autores que conformarían bibliografías de cinco temas: el bolero, el jazz en América Latina, gastronomía y ópera, gastronomía y literatura, y gastronomía dominicana.
Todo empezó casi un año antes, cuando mi esposa, Maritza Álvarez, impartió, en el Centro Cultural Babeque, el curso “Literatura y gastronomía o el placer de una sopa de letras” (en el cual participé) y ofreció una conferencia, con ese mismo título, en el Pabellón del Libro Cocina de la XI Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2008, atendiendo una gentil invitación de la escritora Rosa Silverio, coordinadora de la programación literaria de dicho pabellón.
Me involucré intensamente en el tema y aproveché un viaje de vacaciones a Nueva York para comprar algunos libros referentes al mismo, entre ellos dos sobre gastronomía y ópera, asunto sobre el cual había escrito un artículo en 2001, en ocasión de haber comprado, en la librería Mateca, el libro del tenor José Carreras, “Gastronomía musical. Un menú para cada ópera”.
Se me ocurrió retomar dicho artículo y actualizarlo, incorporando los dos nuevos libros adquiridos al respecto, pero añadiéndole la bibliografía de gastronomía y literatura, así como otras dos bibliografías que he venido preparando desde hace un tiempo: la de la gastronomía dominicana y la del jazz en los países latinoamericanos.
El artículo quedó muy largo y mi esposa me sugirió publicarlo como separata, folleto u opúsculo, pero yo preferí ampliarlo más para que fuera un libro y le agregué la bibliografía del bolero (ante la proximidad del III Congreso Internacional Música, Identidad y Cultura en el Caribe, dedicado al tema “El bolero en la cultura caribeña y su proyección universal”, celebrado en el Centro León del 17 al 19 de abril), así como un apéndice titulado “Jazz y Cortázar”, que es una versión corregida y ampliada de un artículo que escribí hace años sobre la presencia del jazz en la obra literaria de Julio Cortázar, y un apéndice del apéndice, que reproduce fragmentos de un artículo de Enriquillo Sánchez sobre Cortázar y su novela “Rayuela”.
Para la fotografía de la portada (creación de las artistas del lente Maritza Álvarez y Ángela Caba), en que aparezco disfrazado de chef y músico (sin ser ninguno de los dos), tuvieron la generosidad de prestarme, su saxofón soprano, César Namnúm, y su uniforme de chef, Francisco Díaz. Editorial Letra Gráfica se encargó del diseño y la diagramación y Editora Búho de la impresión. Mi agradecimiento a todos ellos, así como a los lectores que adquieran el libro, a quienes pido en el mismo que, por favor, me ayuden a completar y corregir las bibliografías preliminares que esbozo, comunicándome sus errores u omisiones.
Al respecto, ya he comenzado a recibir valiosas informaciones que agradezco muchísimo, pues me permiten añadir, a los ocho títulos que menciono en la bibliografía de gastronomía y ópera, cinco más: dos publicados en Francia, “Rossini. Les péchés de gourmandise”, por Peter Knaup (fotografías), Thierry Beauvert (texto), Natalie le Foll (recetas) y Alain Ducasse (prólogo) (Éditions Plume, 1997); y “A la table de Verdi”, por Eva Gesine Baur (Éditions du Chene, 2001); y tres publicados en España: “En la mesa con Rossini”, por Alessandro Falassi con ilustraciones de Eduardo Arroyo (Galaxia Gutenberg, 1993); “Cenando con Mozart”, por Juana Barría Aguiló (Ma Non Troppo, 2006); y “Diez menús para un concierto: la cocina de la música”, por Joan Roca (Galerada, 2008). Este último contiene cuarenta recetas inspiradas en obras de diez compositores (Verdi, Rossini, Puccini, Mozart, Beethoven y otros cinco) y viene acompañado de un CD del pianista Antoni Besses, titulado “Cubiertos de música”, con diez improvisaciones libres a partir de las diez obras inspiradoras de las recetas.
De igual modo, a los cincuenta títulos de la bibliografía preliminar del bolero propuesta en mi libro, debemos agregar “El bolero y la educación sentimental en México”, por María del Carmen de la Peza Casares (Universidad Autónoma Metropolitana y Editorial Miguel Ángel Porrúa, México, 2001); “Señor Bolero”, por José Espinoza Sánchez (Ecuador, 2003); “El bolero en Guadalajara: Músicos y experiencias performativas de un fenómeno musical-social urbano”, por María Enriqueta Morales de la Mora (Universidad de Guadalajara, México, 2007); “La noche de anoche”, por Elsy Manzanares (Banco de Venezuela/Grupo Santander, Caracas, 2008); “Canciones para toda la vida. Reflejos de una época romántica”, en dos tomos: compositores latinoamericanos y dominicanos, respectivamente (B. O. Johnson, editor; Santo Domingo, 2008); “La poética del bolero en Puerto Rico y Cuba”, por Alinaluz Santiago (Isla Negra, San Juan de Puerto Rico, 2009); y “Ese bolero es mío”, compilación de León Félix Batista (Ediciones de la Secretaría de Estado de Cultura, Santo Domingo, 2009).
Minutos después de que presenté “Gastronomía musical y bibliografías en construcción”, en una de las sesiones del referido III Congreso Música, Identidad y Cultura en el Caribe, se me acercó uno de los panelistas de dicho congreso, El Hadji Amadou Ndoye, profesor de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Université Cheikh Anta Diop, de Katar, Senegal, quien me obsequió un ejemplar de su libro “En torno a la literatura hispanoamericana” (Universidad Autónoma de Colombia, Bogotá, 2008), que reúne sus ensayos sobre obras de Octavio Paz, Gabriel García Márquez, Juan Carlos Onetti, Ernesto Sábato y otros autores latinoamericanos, incluyendo uno titulado “Jazz, blues y literatura en “Rayuela” de Julio Cortázar”, cuyo primer párrafo dice así:
“En las 635 páginas de “Rayuela” se encuentra nueve veces el nombre de Jelly Roll Morton, siete veces el de Louis Armstrong, siete veces el de Coleman Hawkins, tres veces el de Big Hill Broonzy así como los de numerosos expositores de la música popular Negra Americana. Igualmente se encuentran palabras como “blues”, “jazz”, “swing”, etc. ¿Esnobismo? ¿Adorno estético? Las alusiones al jazz, la implicación de este último en la trama de “Rayuela” son tan evidentes que nos preguntamos sobre el papel y alcance de la música Negra Americana en la novela de Cortázar. Nuestra pesquisa se refiere a las razones que han podido llevar al escritor, traficante en palabras, a la música, universo de los sonidos, de un grupo étnico muy determinado en el espacio y el tiempo”.
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