Confesiones de una mujer infiel



Confesiones de una mujer infiel
No eran aquellos tus labios
ya lo sabía mi boca.
Mi piel sabía que ese no era tu olor.
Tuve miedo de gritar tu nombre.

Por un segundo
me concentré en esos besos extraños
sin sabor
sin conexión.
Cerré mis ojos para verte
y procure imaginarte
más ni aún mi mente logró equivocarse
no pude engañar mi cuerpo
con esos besos
que no eran los tuyos,
no pude encontrar la emoción
que se engendra en mí
con tus abrazos,
y mis muslos supieron siempre
que no eran esas,
las enzimas de tu lengua.


Por otro segundo
mi alma creyó besarte
y a él o a ti besé con todas las furias.
Mas al abrir mis ojos
y no verte
la decepción lloró en mi rostro
y mi cuerpo pálido
despidió con tristeza
las pocas ganas
quebrantadas.

El rostro extraño
de aquel
quien hoy parecía extraño
cambió fríamente al escuchar mi voz
susurrar tu nombre.

Tuve miedo al decir tu nombre
infiel le fui al mortal
con quien te traicionaba.
Busqué pasión en sus brazos,
hallé frialdad en sus besos
pasión que no hallo si no es contigo
calor que se pierde
en el sol
hace frío,
entusiasmo que no despierta
si no son tus caricias
frenesí que muere.

Déjame serte infiel contigo.


Por Luz Eliana Espinal


 

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