Perspectiva del Día ¿Disminuyó la violencia contra las mujeres? |
Si consideramos únicamente los feminicidios llamados íntimos podría decirse que sí.
En lo que va de año, según la contabilidad oficial, “sólo” 72 mujeres fueron asesinadas por su parejas o ex parejas. Se dice, y podría ser cierto, que tal disminución se ha debido a las campañas preventivas, facilidades para la denuncia y ejemplares sanciones de la justicia dominicana, como también por la condena implacable de la sociedad y los medios de comunicación. Algunas personas, ayer, “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres” expresaron su satisfacción por tal significativo descenso en los feminicidios íntimos.
¿Son los feminicidios íntimos un indicador suficiente para medir la violencia contra las mujeres dominicanas? ¿Basta saber que se han asesinado menos mujeres para creer que la sociedad dominicana es menos violenta contra las mujeres? ¿El no reconocimiento de derechos no es violencia?
¿Qué ha pasado con las mujeres dominicanas en el último año?
•El índice de mortalidad derivada de la maternidad sigue tremendamente alto: 150 por cada 100,000. Mujeres pobres que, por los altos costos de los análisis y cuidado periódico, no cubiertos por la sanidad pública, enferman y cuando les llega el momento de parir ya es tarde.
•109 partos de adolescentes entre 15-19 años por cada 1,000. Partos, “no embarazos, ni las pérdidas por mortinatalidad y abortos espontáneos que no se reflejan en el indicador”. El embarazo de la adolescente significa en muchos casos su expulsión de la escuela –no así del adolescente varón que la preñó-, condena a la pobreza perpetua y enormes peligros a su salud, por ser todo embarazo a tan temprana edad de alto riesgo.
•Mujeres igualmente capacitadas y desempeñando una misma labor u ocupando una idéntica posición laboral que sus pares hombres, ganan en promedio 30% menos.
•Se mantiene invariable el poco acceso de mujeres al mercado laboral formal. Continúa la falta de estancias infantiles (guarderías) para el cuidado de sus hijos.
•El abandono del hogar de maridos o parejas, por la frustración, la desvalorización o la razón que fuera, muchas veces provocada por la violencia que ejerce el mercado laboral sobre ellos, las condena ad aeternum a formar familias monoparentales en la que es ella la única fuente de ingresos y sostén emocional de hijos e hijas. En una economía que no crea suficientes empleos, el negocito casero, la informalidad, el empleo indecente (sin protección social ni sanitaria) es el único camino.
•No hay políticas públicas que reconozcan el derecho al crédito de las mujeres emprendedoras, jefas de familia, para hacer avanzar esos pequeños negocios, ni dinero público.
•Este año fue aprobado el artículo 30 o artículo 38 en la nueva Constitución que niega a las mujeres dominicanas la soberanía de sus cuerpos y las despoja del cuidado de su salud reproductiva y del disfrute de su sexualidad y, en caso de peligro de muerte por embarazo, las condena a morir, sin apelación o las obliga a interrumpir el embarazo en condiciones aún más peligrosas que las existentes el año anterior.
No creo que pueda decirse que las mujeres dominicanas hayan sido beneficiarias, en el año recién transcurrido, de una mayor expansión y protección de sus derechos por las políticas públicas, ni mucho menos que haya cedido la violencia contra ellas.
Santo Domingo, 26 de noviembre de 2009
Roberto Rodriguez-Marchena
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