En el cumpleaños de Miguel Cocco

Minerva de Cocco, encontró entre los papeles de Miguel la siguiente "cartita" firmada por todos los compañeros de la Editora Alfa & Omega en un día de su cumpleaños, y que yo escribí en 1981 (mi hija Analie no llegaba a los 2 años, hoy tiene 29); el tiempo transcurrido no cambió mi valoración y me da mucha alegría comprobar que por donde quiera que él pasaba esparcía el aroma de su dignidad. Por todo el amor que sembró, por toda la amistad que cultivó, por toda su bondad y grandeza, Miguel sigue con nosotros y así será hasta que nos reunamos dondequiera que sea que se unen las almas al pasar la puerta de la mortalidad.

Leibi

P.D.: El análisis freudiano ya fue motivo de todas las risas posibles. Era una declaración de amor descarada, pero leal que a Minerva no perturbó para nada, pues de sobra sabía que su marido era muy especial. Hoy, sus hijas, ya mujeres, se ríen conmigo y todas extrañamos a ese ser inmenso que modificó nuestras vidas.

Santo Domingo, Agosto 20 de 1981

Hay muchas maneras de expresar lo que uno siente.
Se puede hablar, hacer mímicas, expresar con la mirada lo que el subconsciente guarda,
escribir o cantar y hasta hacer poesía…
Sin embargo hay momentos en que todas las formas fallan.
Es entonces cuando se necesita explorar una nueva forma de conducir el mensaje.

Para un hombre.
No lindo, no apuesto, lo más distanciado de un galán de cine,
lo mas alejado de una estatua griega, pero que con unos dientes duros te dice que te ama y con un palmada en la espalda te clava un mensaje sin palabras.

Para un hombre.
Que de tanto luchar se ha vuelto a sí mismo lucha.
Que de tanto amar se ha convertido en el amor mismo.
Que a veces escapa a cualquier forma impuesta de convencionalismo.
Que mandándote parece que te ofrece el cielo…

Miguel, hasta un ratón famoso lleva este nombre y grandes poetas, Unamuno o Hernández,
¡qué importa ! Lo fundamental es que hay un hombre con un “ total “ pero no sólo de hijas y esposa sumadas, sino de logros que aparecen y crecen aunque a veces desaparecen.
Un total de afecto transformado en empleados no usuales que aunque mal hablen, mal dicen, pero no blasfeman.

Para los que caen en la trampa de las apariencias, puede ser odiado y vilipendiado,
para el que conoce el corazón abierto que le rompe el pecho porque allí no cabe,
es demasiado elemental gritar que él es un inmenso mar de aguas mansas que se vuelven maremagno cuando la injusticia agobia.

Porque en un solo pecho cabe tanta grandeza que hay momentos en que esta realidad se convierte en chocante contradicción con un medio hostil, sin nada que envidiarle a las páginas mas horrendas de la historia ya que de la historia misma elementalmente surgen.

Miguel o “ Coquito”, mi jefe y mi amigo, mi compañero en la lucha y un guía de la ideología que aún (a pesar de todo, aún) nos alimenta.

No hay que decirte grandes cosas, eso no se vale.
Estamos tan llenos de tí que es difícil entender la vida fuera de tus límites
y no se puede ser mas forastero en nuestra propia alma.

Hay que ver que eres contradictorio,
que te has vanagloriado de tu profundo humanismo
y que te gozas sabiendo que aciertas más de lo que desatinas.

Hay que entender que tú sabes todo lo que uno puede decirte porque los hombres fuertes, grandes, inmortales y cerebrales desatienden el lado del corazón
pero a tí, te sobra para darle a los que nunca latieron al contemplar una idea desbaratada por la ambición.

Lo dicho.
No había que decirte grandes cosas
porque todas las tienes dentro del alma. Miguel ALMA grande.

Te queremos todos y particularmente yo, que no te puedo querer sin admirar tu obra y calladamente doblegar mi envidia hacia tu compañera a quien sobradamente respeto por ser tu única debilidad.

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