¿Dónde siembro la voz,
si se agota el camino y el asombro
y el verde y la magia y la vida?
¿Dónde el verso cargado
de esperanzas, de historia, de consignas,
cascadas, caracoles y espinas?
¿Cómo cargar el fardo de recuerdos, vivencias?
¿Cómo mirar al cielo conociendo el destino?
¿Cómo lavar el alma con los sueños quebrados?
¿Cómo acallar la rabia sin saltar al abismo?
Tus mogotes, tus aves, tu verdor, tus caminos;
el asombro del niño que no cabe en su patria
y las aguas que corren por tu ser agredido;
el dolor del arado en las manos sin tierras;
el durmiente sendero que no tiene destino
y la madre que espera, sin tener esperanzas
y los puños crispados
y el ahogado suspiro.
Todo tú, con tus vientos, tu frescor, tus latidos
Al entregar tu sangre nos señala el camino.
En cada gota tuya
naufragan los perversos.
Y canta el universo
Que habita en tu garganta.
Tú reclamas la vida.
Tú te niegas al polvo.
Tú rechazas la muerte, el dolor, la mentira
A salvar Los Haitises con el canto de todos,
nos convoca tu canto, nos convoca tu ira.
A salvar los Haitises con la lucha del pueblo.
Con la lucha del pueblo Salvaremos tu vida.
Con el canto de todos cantarán Los Haitises.
Con el canto de todos renacerá la vida.
A salvar los Haitises con la lucha del pueblo.
Con la lucha del pueblo renacerá la vida.
Luis Carvajal (Cuchito)
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