Descripción de Matías Avalos y Luís Felipe
Cada uno empezó por su cuenta y el destino les ha unido ahora en un disco, titulado Rojo, no exento de connotaciones. Luis Felipe y Matías (tanto monta, monta tanto) se conocían desde hace más de una década cuando decidieron subir juntos al escenario y tocar allí donde pudieran sus propias canciones. Todo fue más espontáneo que premeditado, un poco por hacerse fuerte en los turbios ambientes donde actuaban y también porque así se reían más. Ahora acaban de plasmar todo eso en un disco grabado en directo en el emblemático Café Libertad 8. La verdad es que nos lo pedía el cuerpo, nos apetecía, comenta Matías, quien tiene un disco anterior en solitario titulado Manicomio, al igual que Luis Felipe y su Lo que la edad nos cura. Llevamos mucho tiempo tocando juntos y ahora queríamos, más que meternos en el estudio, hacer algo en directo, añade Matías. Rojo, toda una declaración de principios para sus autores (comprometidos con los más débiles y los nuevos tiempos), se grabó en el madrileño café en tres días con público y sirve también de homenaje a Libertad 8, reducto capitalino de la subversión y la contracorriente donde Matías y Luis Felipe se sienten como en casa. En el disco se pueden diferenciar dos partes --así hay donde elegir, bromea Matías quien señala que en su relación prima la tolerancia y que tienen libertad absoluta para elegir sus temas--: las canciones de Luis Felipe, más apegadas a lo cotidiano, a la realidad, y las de Matías, con toques un tanto surrealistas y letras más herméticas, con metáforas e imágenes. Como dice él mismo, me gusta hablar con imágenes porque iluminan toda una realidad. A pesar de esto, las diferencias son más de matices: nos inspiramos en lo mismo, en lo que pasa a nuestro alrededor. Tenemos mucha sintonía vital, aunque diferimos en la forma de plasmarlo en el papel, que de fondo. Y es que ambos cuidan las melodías igual que miman los textos, con lo que el disco suena cuidado, delicado, elegante, sólido y de calidad. Intentamos que la música sea bonita y que gusten las melodías. Por eso damos la misma importancia a las letras y a la música: no cincuenta por ciento a cada uno, sino cien por cien, dice Matías, quien se distancia un poco de las generaciones de cantautores que les han precedido. En los 60 y 70 se preocupaban más de las letras y descuidaban la música, aunque hay excepciones. Y añade que tampoco le gusta el tufillo que desprenden su temática. Sobre el reciente boom de jóvenes cantautores también toma distancia y ve el fenómeno con un poco de escepticismo. Han salido quienes la industria ha querido que salieran, pero esperemos que éstos sirvan un poco de punta de lanza para autores de más calidad.
De cara al futuro, más discos juntos, porque tenemos mucha libertad y nos lo pasamos bien juntos, y más conciertos: presentaremos el trabajo después del verano. Pues a esperar.
Luis Felipe Barrio y Matías Avalos. Rojo. El Hombre Tranquilo
¡NA! Es que encontré este sitio y porque no he dejado de poner los dos discos el día entero mientras hacía los "quehaceres" de la casa; y porque tal vez tenga que irme a Madrid pronto, y porque no quiero que estos discos se me estropeen ya que tanto da el cántaro en la fuente o la gota en la piedra... y porque no he estado nunca en Café Libertad con todas las ganas que tenía (y tengo); y que no voy a ir ahora porque esa es mi razón de regresar y no me quiero morir por allá (bueno ¿y qué, si no me enteraré de nada?); y porque yo no sé por qué Matías y Luis Felipe no publican más cosas, y por qué los contertulios no graban y ponen más cosas en Youtube ya que me quedé con las ganas del Bononó rebelde, y el gorrioncillo, que está muy mal grabao y yo lo quiero oír bien; y porque la vida no es como una la quiere ¡carajo! Y que no voy a volver a hablar mal de Matías porque cada vez que lo oigo me vuelvo más transgresora y al final, me gusta éso de decir cosas irreverentes... Y aunque yo no pueda contratarlos, hay una mierdésima de probabilidad de que alguien que sí pueda me lea y los llame... bueno que un besito donde quiera que estén.
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