Queridos compañeros,
Podéis imaginar la pena inmensa que me da no poder estar esta noche en corazón y alma con vosotros. En todo caso, sabed que mi alma, si me está permitido, ocupará su butaca entre el público.
Agradezco muchísimo vuestra consideración hacia mi persona, que habéis demostrado apoyándome en un momento tan crucial y definitivo de mi vida, y de mi familia.
Profesionalmente, yo he bebido mucho de vosotros. Todos formáis parte de todos, pero en vuestro caso, yo he salido ganando, por todo lo que he podido vivir y aprender de vosotros:
Si Lluís Llach es, para mí, sinónimo de la esencia y la identidad de un país, Joan Manuel Serrat es la vitalidad, la fuerza y la energía que lo empuja.
Si Maria del Mar Bonet es la raíz, también es la capacidad de integración en culturas más anchas y cercanas.
¿Y Marina Rossell? Ella me transmite serenidad y delicadeza cuando la escucho, como Sisa me da ese punto de provocación y utopía tan necesario para que un país vaya adelante.
De Moncho, admiro fundamentalmente su capacidad, única, de estimular, de emocionar, de ponernos a flor de piel. Y de Joan Isaac, la perseverancia y capacidad de lucha. De los Pegasus la solidez y el valor para explorar nuevos caminos en la música.
De Núria Feliu, siempre me ha gustado su lenguaje cercano, de vecindad, y aquel ápice de coquetería tan encantador.
También a todos los músicos que han participado (y que a estas alturas desconozco quiénes seréis) os doy mi agradecimiento a través del fiel amigo y gran guitarrista Joan-Eloi Vila.
Finalmente, deseo que Dyango se recupere pronto, que se cuide bastante y que vuelva a fascinarnos (como siempre ha hecho) con su voz, sus canciones y su gran corazón.
Esto, de una forma muy resumida, es lo que todos vosotros, compañeros, sois para mí. Pero no sólo para mí, sino para todo el país. Vosotros, en el espacio musical, constituís el entramado emocional y energético de una Cataluña que lo necesita para ocupar su lugar en el mundo. Y es evidente que habéis hecho muy buen trabajo.
Quiero agradecer también, y muy especialmente, la presencia de Víctor y Ana esta noche. Los quiero mucho porque a lo largo de mi vida, no es la primera vez que me echan una mano. ¿Recordáis, Víctor y Ana, cuando me encontrasteis una escuela para mi hijo, en una época que debía estar en Madrid?
Gracias también a Xavier Graset, es una persona genial y de buen corazón que me supo arrancar de mi ostracismo y estimularme para volver.
Y por último dejadme deciros una cosa más:
Mi actividad musical estuvo marcada por muchos altibajos. De entrada, yo era un autor que transmitía más dudas que certezas, era un cantautor del sí-pero-no, de la búsqueda constante de sí mismo. Quizás esto, en un momento en que Cataluña estaba tan necesitada de certezas, no fue del todo bien recibido.
Pero esta noche todo ha cambiado. Más allá de los distintos planteamientos éticos de cada uno de vosotros, me habéis demostrado algo trascendental para mí: que me lleváis en un rinconcito de vuestro corazón.
Esto es trascendente porque, de golpe, en el breve tiempo que ha durado este concierto, habéis conseguido mucho más que yo mismo a lo largo de veinte años de actividad musical: habéis dado sentido y validez a mi trayectoria y a la forma de encararla.
Mi sentido agradecimiento también a vosotros, el público, hombres y mujeres que no conozco personalmente, pero que habéis formado siempre parte de mi vida me habéis dado mucha felicidad. Y aunque alejado de los escenarios, habéis seguido demostrándome —como lo estáis haciendo esta noche— vuestro afecto y cariño. A vosotros también os llevo dentro.
Gracias infinitas a todos por este regalo y que Dios os bendiga para siempre.
Joan Baptista Humet
Agradecemos a la familia de Joan Baptista Humet y muy especialmente a Lluís Marrasé la cesión de esta carta para su publicación en CANCIONEROS.COM
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