(Dulce María Loynaz - Música Amaury Pérez)
La mujer que tiene su amor en el mar
es como más fina o más irreal:
Va sobre la tierra y parece que va
sobre el agua. -Un agua que no se ve ya...-
La mujer que ama un amor de mar
tiene finos barcos en fuga detrás
de los ojos claros como de cristal,
no mira de frente ni quiere mirar...
La mujer que tiene su amor en el mar,
más tiene una estrella en la inmensidad...
Más tiene las puertas que no la tendrán,
que tienen a otras que lo besarán...
¡Más tiene los puertos clavados en la
frente blanca... blanca de esperar!
¡Se vuelve de perla de blanca que está!
Se le muere en ola toda la eternidad.
Le sube a los ojos, fiel la pleamar
y un filo de arena la puede turbar...
La mujer que tiene su amor en el mar,
más tiene una estrella en la inmensidad...
Se dará a sí misma, pero no dará nada...
Más la lluvia, la rosa dará.
Se busca en sus manos sin poderse hallar,
que si ella no es de ella, de nadie será.
Va por los caminos y no llegará:
Va por entre rosas... ¡No las olerá!
La besas y el beso se te vuelve sal...
Concha de inquietudes, espuma fugaz,
la mujer que tiene su amor en el mar...
(1997)
No es lo mismo escucharla en Santo Domingo que en Madrid. No es lo mismo. Es una de las canciones más hermosas de "mi repertorio", porque así como algunos escritores crean antologías, yo vivo haciendo recopilaciones diariamente.
Estribillo del amor de mar me remite invariablemente a la dama de la isla, a una Penélope isleña, a quien sublimó el amor porque la realidad no le satisfacía, a quien no se puede llamar enajenada porque el romanticismo la eleva... Es tan enriquecedor escucharla. Me llena de plenitud. Excelente trabajo de Amaury Pérez. Magníficos los versos de una de las pocas mujeres que han obtenido el Premio Cervantes, ¡qué orgullo que sea antillana!
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