DEPRESIÓN EN LOS MACHOS (José Miguel Gómez)


Listín Diario, hoy: Domingo 31 de Agosto del 2008, actualizado 1:40 AM
TEMA DE SALUD MENTALDepresión en los “machos”
José Miguel Gómez - 8/31/2008



El macho, para ser macho, no debe ni llorar ni sufrir por vaguedades de la vida. Un macho con testículos “pura piedra” no se deprime ni se aprieta y menos se “raja”. Para ser un autentico macho debe dar testimonio de una hoja de vida “blindada” de tigre con rayas y de ausencia de una actitud de pariguayismo.

Por supuesto, los machos no hacen “jipíos”, ni “bembitas”, ni se afligen, ni les da pánico, ni se deprimen. Jamás crean dependencia emocional, ni mitigan dádivas emocionales y, mucho menos, ahogan penas en el alcohol ni resuelven con viagra. Los machos son seguros, estables, maduros de cuerpo entero; capaces de eructar hombría y enterar más de diez historias de penas. El macho no cree en psiquiatras, ni psicólogos, ni en hombres con sotanas; tampoco en pastores, ni en consejeros matrimoniales.

Nunca les da “cañeras” ni le suenan las “tripas” porque se aproxima una hembra. Un macho no compra toallas sanitarias, ni consume bebidas ‘light’, ni chismes corbatas ajenas. Pero, lo que nunca verán en un macho es ponerse melancólico por un divorcio, una infidelidad, una pérdida del estatus o una traición primaria. Los machos están vacunados, repito. nunca se deprimen, su cerebro no posee neurotransmisores: serotonina, dopamina, catecolaminas. A los machos no le baja la autoestima, ni se ponen tristes, desanimados, ni apáticos, sencillamente, nunca se deprimen. Los machos se la saben todas, controlan sus impulsos emocionales y sus estados de ánimo.

La depresión es cosa de mujeres, de hombres débiles y “poquitos”. Solamente hay que ser hombre y deprimirse para entender que los “machos” se deprimen; que son igual que todos los seres humanos, hechos de carne, huesos y debilidades, con la diferencia, de que la cultura le construyó el “machómetro” y su falta de educación no le permite entender su depresión; terminando en el suicidio por no aceptar la depresión.

Los machos necesitan cosas para sentirse ser alguien; viven eufóricos de su narcisismo y su hombría reforzada ¡Oh Dios, qué pena! La depresión es una enfermedad médica, con múltiples causas, productora de baja productividad y de bajo desempeño sociolaboral, de mala calidad de vida, e incentivadora de culpa, desánimo y de ideas destructivas, de lo que no escapan ni los mortales, ni los hombres “machos”.

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