Oración del hombre común, Freddy Beras Goico


Tan sólo me preocupa
que cuando me despida de mis días para siempre
alguna huella quede
que me puedan nombrar sin poner caras feas
que si hay alguna huella sea sólo de tristeza,
y si hay una sonrisa sea de satisfacción.
Que esa huella la pisen con sencillez
y orgullo los que tengan mi sangre o el que por mí lloró.

Tan sólo me preocupa
que cuando me despida de mis días agotados,
que ya descanse en paz,
no haber sido ventisca que pasa y nada más
ni huracán indolente, arrogante y voraz.
Que yo haya sido brisa portadora de polen,
que hayan nacido rosas de mi lento soplar.

Tan sólo me preocupa, cuando no vuelva nunca,
haber actuado siempre de forma vertical
sin importar más nada que la consciencia limpia,
sin manchas en las manos, sin noches mal pasadas,
sin ofensas a hermanos, sin sangre coagulada.
Poder escribir siempre donde nadie me vea
tragar en seco la palabra “moral”.
Que mi nombre no encuentre cuando yo dé la espalda
ni un índice terrible que lo pueda acusar.

Tan sólo me preocupa, cuando me vaya un día
(porque voy a irme un día, no sé cuándo va a ser)
haber pagado deudas, apretado mil manos
abrazado mil pechos que no se han corrompido
buscando razones para dormir deudas.

Tan sólo me preocupa,
cuando la luz me falte
que mi nombre sea orilla
que nadie me recuerde obstruyendo un camino
o cerrando un canal
a menos que los mismos canales y caminos
hayan servido siempre para el vicio y el mal.

Tan sólo me preocupa, si me sorprende el viaje
no lamentarme nada cuando no pueda hablar
que mis ojos se cierren cuando les dé la gana
y en mi consciencia no haya nada que lamentar.

Por eso mejor siento que voy muriendo a diario.
Vivo creyendo siempre que éste es mi día final
como el sol en la tarde, como la lluvia clara
como el carro que pasa o la hoja que cae
como la mariposa o el perro de la calle
o el niño o el mendigo que vienen siendo igual.

Quiero morirme a diario cual todas estas cosas
por eso a diario vivo cual si fuera el final
y vivo siendo huella, y faro, y niño, y lluvia,
y sol, y noche, y bruma, y grito y llanto y cuna.
Quisiera ser de todo que sirva a los demás
porque sé que una tarde, de manos de la vida
caminaremos juntos sin mirar hacia atrás.
Y volverá la vida convertida en rutina
y de esa caminata no volveré jamás.
Hazme vivir a diario, Señor, pero sabiendo
que es la última vez que estoy viviendo y es
el ultimo viento que voy a respirar.

Y a ti ¿qué te preocupa?
¿Para qué guardas tanto si lo puedes usar
devolviendo esperanzas a madres abatidas
o tierra al campesino
o al obrero oprimido justicia y bienestar?
Y a ti ¿qué te preocupa?
Para qué escondes tanto si lo puedes usar
preparando estudiantes para nuestro futuro
curando alguna llaga, cerrando un corazón
haciendo que al enfermo llegue la cucharada
que tiene que beberse
y no puede encontrarla no importa la razón.

¿Has visto la mirada de los niños enfermos?
¿Ha estado enfermo el tuyo?
¿Lo has podido curar?
¿Te imaginas la ira que causa el desespero?
¿La impotencia del padre frente a esa gran verdad?
Has correr la sonrisa. No te la quedes solo
Déjala caminar
Qué se te afloje el alma frente al alma que aprietas
¿Para qué guardas tanto si nada llevarás?
Qué sólo te preocupe que el día en que te vayas
lo hagas con la sonrisa que supiste ganar
Qué tu único equipaje sea sólo tú conciencia
y ojalá no te pese y te puedas marchar.
Y a ti ¿qué te preocupa?

©Freddy Beras Goico


1984

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