Harry Potter, con los trazos mágicos de una argentina


DOLORES AVENDAÑO ilustradora de
HARRY POTTER, es argentina.

En el pabellón de Las Bellas Artes de la UCA

Dolores Avendaño exhibe en una muestra sus ilustraciones para la célebre saga y otros libros


Laura Casanovas
LA NACION http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1325829&origen=NLTitu&utm_source=newsletter&utm_medium=titulares&utm_campaign=NLTitu

Trabajar, perseverar, soñar. Tres palabras que definen la personalidad y la obra de Dolores Avendaño, conocida como la ilustradora argentina de la edición en español de la célebre saga de Harry Potter.
Tres conceptos que recorren las más de cien ilustraciones originales y pinturas que integran la exposición Un reino de fantasía , en el Pabellón de las Bellas Artes de la Universidad Católica Argentina (Av. Alicia Moreau de Justo 1300, PB). Se la podrá visitar hasta el 12 de diciembre, con entrada gratuita.
"Sentí que era el libro para mí porque tenía magia", contó Avendaño a La Nacion cuando leyó el primer tomo de Harry Potter. Luego vendrían los otros seis, del cual es autora de las imágenes de la tapa y contratapa. Un conjunto que es uno de los núcleos de la muestra.
"Leía el libro en inglés y le mandaba a la editorial uno o dos bocetos. Me cuesta hacer más de uno, porque me enamoro de una idea", explicó la ilustradora, de 42 años, sobre el proceso creativo de cada ilustración sobre el niño mago. Un libro que "algún día me gustaría ilustrar adentro", expresó.
Desde el inicio de su carrera, Avendaño apostó por lo que había deseado desde pequeña: ser ilustradora. Es por eso que, luego de cursar Diseño Gráfico en la Universidad de Buenos Aires, fue a estudiar ilustración, en 1990, a la Rhode Island School of Design, en los Estados Unidos.
"Dos de los tres profesores de la Rhode Island School me recomendaron que estudiara otra cosa porque la ilustración no era para mí, y me dijeron que me iba a costar encontrar trabajo", contó. Una opinión capaz de desalentar a más de una persona, pero no a esta mujer que encuentra una explicación a su tenacidad: "Lo deseaba mucho".
Así, dibujaba todo el tiempo, durante los fines de semanas y las vacaciones. De esta forma, logró ser la primera de todo aquel grupo de Rhode Island en encontrar un empleo. Ya de vuelta en la Argentina, la editorial Emecé, para la que ya había trabajado, la llamó para ilustrar una novela de una por entonces desconocida escritora británica, J.K. Rowling. Su estilo era el apropiado.
A pesar de que la saga sobre el niño mago le ha dado una especial notoriedad, Avendaño tiene afecto por todas sus creaciones. Menciona en particular las ilustraciones para el libro On Halloween Night , porque fue su primer trabajo en los Estados Unidos, el cual le permitió desplegar toda su creatividad.
También se exhiben las ilustraciones que hizo para los libros Los Magos de Oriente , de Eduardo Gudiño Kieffer, y La liebre dorada , de Silvina Ocampo. Se suman a ellas las imágenes para otros cuentos que incluyen ranas, gatos, caballos, hadas. Y, además, las poéticas y coloridas mariposas y el imponente caballo alado que constituyen los motivos de algunas de sus pinturas, algunas de las cuales forman parte de colecciones privadas.
Para todos los trabajos utiliza acrílico, al cual le imprime su marca personal; así logra una luminosidad, unas texturas y colores que definen su estilo.
"Avendaño refleja lo bello en la naturaleza, ya sea en los paisajes, o en otros aspectos que tienen que ver con los animales y los niños, que su imaginación profundiza en términos de color, pureza cristalina y un tono enigmático", señala Cecilia Cavanagh, directora del Pabellón de la UCA, en el catálogo de la muestra.


Además de sus trabajos para editoriales de distintos países y de sus pinturas, la otra faceta de Avendaño es el atletismo. Y lo hace cada vez que puede, paralelamente a su tarea de imaginar mundos fantásticos.
Años atrás, Avendaño debía regresar a la Argentina porque se le vencía la visa estadounidense. Y tenía miedo de volver. Un día, viajando en tren, sintió que debía hablarle a la pasajera que estaba a su lado. "Era una sobreviviente de la lista de Schindler y le conté de mi miedo y que creía que mi problema era ser muy soñadora. Ella me miró muy seria y me dijo: «Nunca dejes de soñar»."

Más información en http://www.indexarte.com.ar/noticias/259.htm

Comentarios