YO NO SÉ MAÑANA (y no es salsa)

¿Qué nos quedará mañana?
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Ya no sé a dónde ir...
Por: Fátima Portorreal

¿Qué nos quedará mañana? La ciudad se desvanece como detrás de una luna, ¿qué te quedará a ti?, si las esquinas, los bronces y los adoquines de la calle el Conde, ya no puedan sentir los pasos de los muchachos y muchachas confusos por el encanto de los abrazos. Ya no sé a dónde ir, no quiero tantos silencios y complicidades. No voy a cambiar la compostura, no puedo, ni quiero enderezarme, ni mucho menos bajar las piernas. Las rodillas me duelen y a quién le importa. Hace mucho tiempo que se muere la ciudad, se llevaron el encanto de las caminatas sin peligros.

No hay a dónde ir, ni en dónde estar, todo huele a rancio, el Parque Duarte y el Parque Colón u otros son custodiados, los asientos vigilados, las iglesias no resisten tantos llantos y ruegos. En los tugurios marginales se desploman y resienten los chicos, envainando sus cuchillos y pistolas, protagonizando dolorosas historias de crueldades y rencores.

Del otro lado de la ciudad, estamos tú y yo sin protagonismos y sin aliento, habitando una localidad con lindes y casi ajena, mientras controlan los nuevos súper héroes de las drogas, politiqueros arrogantes, funcionarios corruptos, y un gobernante engolado. No se dé que sirve quejarse, si la lambonería sustituye los libros, los cuadrantes geométricos, las clases de geografía, los poetas y talleres de artes.

De qué sirven los juristas y los economistas, si la narrativa oficialista prevé como Destino a los señores que hoy gobiernan la Casa Grande. De qué sirvieron las consultas públicas, los diarios libertarios (Claves Digital) y los/as chicos/as "progres". Hoy no le importan las amenazas, ni las muertes, ni los cuerpos femeninos que se deshacen por las cirugías plásticas. Hoy estamos sólo tú y yo en una ciudad que se desvanece sin sonrisas.

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