Sueño lúcido


“El combate espiritual es tan brutal como las batallas de los hombres; pero la visión de la justicia es sólo el placer de Dios”.

Adiós
de Arthur Rimbaud

Sueño lúcido

Sujeta a su cintura
Cimbreando tempestades
Me aferro a su inconstancia
Para sobrevivir al sueño
Que es el sueño
Parece que me expulsa
Se sacude de mí
Es mentira
Su vertiginosidad me protege
Por eso me adhiero como lapa
Sangre loca que fluye mientras avanza
Geometría irreal sin dimensiones
Gira y sigue
Su viscosidad me traspasa
Yo traspaso el agujero que pende
Y estallo en luces inestables
Cual pájaro amanecido
Trino sin voz
Canto porque me aferro
Y permanezco blandiendo
La bandera de un mito
Yo sé que todo es vértigo.

Este eslabón de letras
Este asomo de vida
Domesticada euforia
Ola nativencida
Esqueleto sin calcio
Augurio sin sorpresa
Dolor, célula enferma
Decadencia ya muerta
Pupila inmóvil, tiesa

¿Qué mañana es la ausencia?
El poder sometido
Se escinde en lo que late
La frecuencia irregular
De todo frustraciones
En un ahora viejo
Reseco y pestilente
Luces de desencanto
Tiempo de desencuentro
Latidos de la huída
La luna alumbra el agua
Que baila en mi sepulcro
Escamoteando espejos
Mi fantasma en mí pesca
Y las dos nos comemos
La luna juega entonces
A que revivo
Y muero.

¿Es la vida este aire?
Entonces no lo quiero
Procedo de otro espacio
De una tierra sin dueño
La lápida suscribe la clave del encierro.
Si ella muere, yo vivo
Si yo vivo, no es cierto
Sobrellevo su nombre
Mi fecha era su espectro
Es el cuerpo la cárcel
Es su vacío el tiempo
Vida y muerte la noche
El alba, sueño y viento
Gira y gira cimbreando
yo su espalda sujeto.

Madrid de madrugada

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