LOS PERROS DEL SEÑOR

De PERROS


Dominicanis, aquí estamos. Deambulamos, nos morimos de hambre, ni siquiera tenemos la esperanza de que nos envenenen. Ni a eso se atreven. Si quieren juzgar el nivel de desarrollo de un pueblo, observen la calidad de sus bestias. Más famélicos, sarnosos y perdidos no podemos estar. ¿Alguien que llame a la Sociedad Protectora de dominicanis?